El yoga y la meditación son dos prácticas ancestrales tomadas del budismo y el hinduismo. Ya hace años que llegaron a occidente, pero cada vez se instalan con más fuerza en este lado del planeta.
Además de sus múltiples beneficios, hay otras cuestiones que favorecen la adopción del yoga y la meditación en occidente. La necesidad de espiritualidad en una sociedad donde muchas religiones están discutidas, y el hecho de que propongan una pausa entre tanto estrés, por ejemplo.
Uno de los principales objetivos del yoga y la meditación, al menos en sus orígenes, es la búsqueda de la eliminación del yo. Es decir, el achicamiento del ego.
Sin embargo, un grupo de estudiosos ha puesto en duda esto y sugerido que en occidente el yoga muchas veces tiene el efecto contrario y te vuelven egoísta. Estos han sido los resultados.
El yoga, la meditación y el agrandamiento del yo
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Southampt, Inglaterra, estudió a 93 personas que realizaban yoga frecuentemente, y los sometieron a distintos estudios para ver cómo evolucionaban sus tendencias narcicistas y el autoestima luego de practicar yogar.
El resultado demostró que la mayoría de ellos veía agrandado el yo después de hacer la práctica; dicho de otro modo, con el ego más alto.
Más o menos el mismo resultado fue obtenido en otro estudio, en el que se evaluaron los comportamientos de 162 meditadores. Así, el resultado de estos estudios (aunque con muestras pequeñas), es un llamado de atención.
La práctica sin la “teoría”
Estos resultados en primera instancia pueden explicarse porque las personas que participaron del estudio no entendían el yoga o la meditación como un modo de vida, sino como una simple práctica.
Entonces, vaciada de su contenido espiritual (la “teoría” del yoga y la meditación), estas prácticas solo sirven para generar bienestar, y no tanto para conectar con aquello que es más grande que nosotros y que no podemos explicar.
Una gran medicina
Dicho esto, vale aclarar: en sí mismo, que el yoga y la meditación nos ayuden a sentirnos mejor con nosotros mismos y aumenten nuestro autoestima no está mal.
Podríamos decir que es como una gran medicina natural: que nos ayuda a conectar con el cuerpo, a sentirnos mejor con lo que nos rodea y a estar más tranquilos todo el día.
Sin dudas, es mejor que muchos de los productos químicos que nos venden en la farmacia.
Pero también es importante comprender que a veces las prácticas y filosofías, cuando son sacadas de contexto y sin conciencia, pueden perder su esencia. Y que hacer unas cuantas posturas de yoga no nos conecta directamente con los demás, con el mundo y con la espiritualidad.
Para llegar a ello, hace falta entender el trasfondo y practicarlo mucho más a conciencia.
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