Conocerse a uno mismo es un camino largo y profundo. No se trata simplemente de registrar e identificar hábitos, rutinas y emociones, sino también de animarse a bucear cada vez más en el interior de uno mismo, sabiendo que no siempre se encontrará con aspectos positivos de su personalidad.
Por eso, el autoconocimiento es una práctica y se basa, sobre todo, en desarrollar la capacidad de romper con el "piloto automático" y ser capaz de preguntarse y repreguntarse lo que hacemos/sentimos/pensamos naturalmente, para hacerlo de una manera diferente, que nos haga crecer, nos sume y nos brinde bienestar.
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De acuerdo a los especialistas, existen 3 niveles del autoconocimiento para ser quien eres realmente.
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Nivel 1: Lo que haces
Este nivel tiene que ver con aprender a ver qué cosas hacemos casi automáticamente, sin pensar. Se relaciona con dejar de lado lo que nos distrae o no aleja de nuestro ser para pasar tiempo con nosotros mismos y tomar registro de lo que hacemos. Recién ahí es posible que nos preguntemos si eso que hacemos nos satisface, si nos nutre, si realmente nos hace bien, o si tiene que ver con la costumbre, la comodidad o el miedo.
Nivel 2: Lo que sientes
Si no desarrollamos el registro de lo que hacemos y nos pasa con eso que hacemos, es muy probable que las emociones se vayan acumulando en nuestro interior hasta que un día explotemos, así sin más.
Por eso es importante conectar con nuestro lado emocional. Eso implica no tapar ni ocultar nuestras emociones, sino poder abrirnos a ellas en un entorno contenedor (a veces para facilitar esto puede ser recomendable recurrir a un profesional).
Tomar contacto con las propias emociones es ir descubriendo nuestro ser, es conocernos en lo más hondo y profundo de nuestro corazón. Pero para esto también es muy importante no juzgar aquello que sentimos.
Nivel 3: Lo que no te agrada
En este camino es muy probable encontrarse con cosas que no nos gustan de nosotros mismos, o con cuestiones que nos damos cuenta que "heredamos" o imitamos de otros a nuestro alrededor.
En este nivel, descubrimos creencias que nos autolimitaron, o cuestiones que nunca pudimos o quisimos ver de nosotros mismos y de los demás.
Este reconocimiento es clave para desarmar viejos patrones, sincerarse con uno mismo y ganar confianza.
Recuerda: esto se trata de un proceso. Observa, registra y acepta. Nadie es ni podría ser perfecto. Pero la clave está en saber re- conocer lo que somos, para evolucionar y crecer hacia nuevos y mejores estadios.