Inés Valverde

El inicio del nuevo año es una oportunidad para renovar nuestras intenciones. Ir más allá y comenzar a manifestarlas, nos requiere despiertos, atentos y en conexión con nosotros mismos.

En épocas festivas, se pone en evidencia algo que amerita atención durante todo el año: cuidar y velar por un uso adecuado de nuestra energía.

El cambio de paradigma que estamos transitando hoy, nos convoca a vivir una vida en sintonía con nuestro propósito.

Conocernos y conocer cuáles son las formas de regular las emociones que experimentamos, es crear bienestar en nuestra vida.

Cultivar la práctica de la aceptación es elemental y el primer paso para transitar emociones, situaciones y vínculos de una manera beneficiosa para nuestra vida.

Cultivar la gratitud requiere de una práctica activa. Llevar un registro consciente de lo que nos sentimos agradecidos genera múltiples beneficios, creando bienestar en nuestro día a día.

Practicar la escucha activa es un ejercicio poderoso que hace la diferencia a la hora de mejorar la comunicación, afianzar vínculos y lograr resultados.

Tomar consciencia de que gestionar el enojo depende de nosotros mismos y que se trata de un aprendizaje necesario para fomentar el bienestar en nuestro día a día, pone de manifiesto la importancia de dar el primer paso para comenzar a abordarlo.

El bienestar se relaciona con la actitud que tomamos y lo que hacemos frente a lo que acontece más que con la circunstancia propiamente dicha. Para experimentarlo es necesario transitar el proceso de reconocer, aceptar y discernir sobre qué aspectos tenemos influencia con el objetivo de diseñar acciones posibles y crear futuro.

Cultivar una actitud asistencial y ser testigo amoroso de uno mismo es el factor diferencial a la hora de relacionarlos no sólo con nosotros mismos sino también con nuestro entorno.

La exigencia sólo puede ser nuestra aliada si está relacionada con un esfuerzo saludable y no con una voluntad desmedida enfocada únicamente en cumplir una meta específica.

Entrenar la resiliencia para afianzar la confianza, tomar decisiones conscientes y generar flexibilidad en el camino, resulta elemental en este mundo incierto e implica un ejercicio diario.

Iniciar un camino de autoconocimiento para poner foco en lo esencial y conectar con nuestro propósito puede hacer la diferencia en lo relativo al bienestar en nuestras vidas.

Suena paradójico: una de las pocas certezas que tenemos es la incertidumbre del mundo en el que vivimos. Cultivar la confianza puede ser uno de los primeros pasos para generar mayor visibilidad a futuro en este escenario que se nos presenta.