Todos hablamos con nosotros mismos. Este diálogo rumiante va por dentro y muchas veces dice cosas que no nos apoyan para avanzar.
Es el saboteador, esa parte interna de cada uno conformada por ciertas creencias limitantes, barreras inconscientes, a veces emocionales o construidas en la mente, que le dan letra a ese personaje que convive con nosotros.
Como un lorito que habla en negativo, es severo al criticarnos, nos hace sentir vergüenza, y hasta nos condiciona a actuar de ciertas maneras que, quizás, van justamente en contra de lo que anhelamos.
El proceso del saboteador es evidente, aunque sutil en su mecanismo: permanece en las sombras, por debajo. Es como un subtítulo que no está a la vista y que aparece detrás de cada meta, objetivo, sueño e idea que queremos alcanzar.
Como forma parte de nuestra estructura psíquica, es posible que no te des cuenta de su peso y de cómo influye decididamente en cada aspecto de tu vida. Este personaje limitante te sabotea y desafía a veces asumiendo roles con otras caracterizaciones. Como vive enmascarado, adopta diferentes manifestaciones según le demos poder para intervenir.
La buena noticia es que podemos silenciar y hasta apagar completamente esa vocecita descalificadora interna. Es un trabajo de auto conocimiento que parte, justamente, de reconocerla e ir quitándole poder.
Por ejemplo, cada vez que te dices “No puedo”, tu saboteador dice “Claro que no puedes, ¡te lo advertí!”. Así se activa en tu cerebro un circuito que le da indicaciones al inconsciente de actuar en consecuencia.
También funciona de forma inversa: si expresas “Quiero hacerlo” tu saboteador ya no tiene poder sobre ti, y es así como el circuito cerebral se activa, dando órdenes al inconsciente para darte cierto empuje y entusiasmo para ir hacia adelante.
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De la limitación a la expansión
El saboteador te limita de todas las formas posibles. Los “No vales para nada”, “Eso no es para ti”, “El dinero no es para alguien como tú”, “Te quedarás soltero por siempre”, “Nadie te querrá de esa forma”, son manifestaciones inconscientes extremadamente duras y limitantes. Prácticamente, se van formando incrustaciones de estas sentencias que, como resultado, harán que te sientas cada vez peor por dentro.
Para empezar, necesitas conocer y afrontar cara a cara a tu saboteador. Una forma práctica es empezar a convertirte en un observador neutral de tus voces internas (eso que dices por dentro) y a detectar rápidamente por qué lado viene, constructivo y proactivo, o derrotista y amargado.
Este limitante interno adopta muchas formas, y cada una puede tener varias combinadas. De tu destreza y astucia al escucharte internamente dependerá la herramienta para afrontarlo y desalojarlo de ti, para dejarlo sin hogar donde desarrollarse.
Aquí tienes cinco ejemplos de los más frecuentes, y cómo puedes abordarlos. De hecho, parten de experiencias personales: cómo los elaboré y de qué forma lo puedo transmitir a muchas personas con las que trabajo como su coach ejecutivo y de equipos.
5 tipos de saboteadores1. Saboteador de confianza
Característica principal: es hipercrítico. Lo que busca es que no confíes en ti; anhela verte caído, dudoso y poco resuelto para llevar adelante tus proyectos.
Herramientas: desafíate en cosas que te den miedo; aprende a tomar decisiones; evalúa los riesgos y avanza. Cada paso que des se te devolverá en mayor confianza interna.
2. Saboteador de energía
Característica principal: es super tóxico. En este caso, te consume tus pilas diarias mediante la crítica, rebajarte e impulsarte a decir, hacer cosas y reunirte con personas que no contribuyen a tu bienestar.
Herramientas: observa las cinco personas con las que más tiempo convives; de alguna forma son un reflejo de lo que estás viviendo. Agradece por cada experiencia. Toma consciencia si estás actuando en automático: lo ideal es estar presente aquí y ahora. Medita unos minutos cada día, cargándote de energía saludable para ti.
3. Saboteador de inteligencia
Característica principal: es ultra perfeccionista. Lo que persigue es que creas que jamás estarás a la altura de las circunstancias. Esto produce grandes dosis de frustración e insatisfacción.
Herramientas: haz una lista de tus fortalezas y también de tus debilidades. Potencia tus fortalezas, y trabaja sobre los puntos débiles (me gusta llamarlos “puntos de mejora”).
4. Saboteador de autoestima
Característica principal: es perverso. Aquí se siente en su salsa, porque sabe que si logra vencer tu autoestima estarás más a su merced. La autoestima es la construcción interna de quien soy, qué quiero, y cómo anhelo salir adelante. Es un pilar básico para la construcción de tu vida.
Herramientas: trabaja en ti. Haz cursos, seminarios, lee libros constructivos que te ayuden a mejorar. Pasa tiempo en la naturaleza, conectándote en silencio contigo y aprendiendo a silenciarte para escuchar mejor tu interior (y, como consecuencia, a los demás).
5. Saboteador de sueños
Característica principal: es un creador de excusas permanentemente. El gran logro de un personaje limitante es frenar todo impulso hacedor de tu parte. Lo que busca es pinchar tus metas y objetivos, y hacer que los sientas como inalcanzables o inapropiados. Quiere apagar tu brillo y tu llama interior.
Herramientas: mantén firme tu propósito y tus metas. Planifica estratégicamente. Escucha tu voz interna, tu intuición: utilízala como guía permanente. Trabaja en ti: reúnete con personas en tu misma sintonía, gente positiva, que construya y vaya hacia adelante. Aprende a gestionar tus pensamientos: esa es tu responsabilidad.
¿Has podido reconocerte en algunos de estos rasgos? Recuerda: todos podemos callar a nuestro saboteador, y así conquistar una vida más plena, con bienestar y, sobre todo, actitud positiva para asumirla con todo lo que nos regala cada día.
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