A lo largo de la historia, la búsqueda del éxito es algo que persiguen millones de personas. En muchos casos, las obsesiona.
El éxito, como tal, es una medida particular de suceso en una o varias áreas de la vida. Aunque por lo general una idea recurrente es asociarlo con la abundancia económica, bienes y placeres, considerarlo de esta forma es apenas un esbozo del limitado nivel de entendimiento humano. Personas felices, llenas de significado en sus vidas, madres y padres amorosos con sus hijos, seres anónimos solidarios, profesionales comprometidos… No hay límites para encuadrar eso que se llama “éxito”, puesto que su medida es interna.
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Los condicionamientos sociales determinan muchas veces la forma en que una persona desea ver manifestado su suceso personal. Esta entrega del poder interno de crear más de eso relevante para ti es lo que, precisamente, suele traer el resultado opuesto. Así sucede porque uno de los requisitos fundamentales para tener éxito es la pasión, y eso se abastece de tu propio combustible interior. Cualquier cosa que sea impuesta desde fuera invalida en gran medida la oportunidad del éxito.
La fórmula de preparación + oportunidad = éxito también suma un poco de confusión a los estereotipos generales, ya que muchas personas con muy poca preparación formal han alcanzado sucesos extraordinarios; y millones más, con una extensa currícula y experiencia de vida, se consideran un fracaso total.
Tres formas de lograr que el éxito llegue a tu vida
Primer paso: conócete profundamente
La mayoría de las personas que reconocen ser exitosas en diversos campos han atravesado profundos desafíos, se han puesto de pie sobre la dificultad, y la han transformado completamente. Tan fuerte ha sido ese giro vital que han propulsado un desarrollo de lo que llaman éxito a medida.
¿Qué significa esto? Que el éxito es como un traje hecho solo para ti: ser una persona feliz puede ser tu meta de éxito; para otro, ser multimillonario, o tener constancia para sostener un programa de ejercicios físicos; tener o adoptar un hijo, y criarlo con todo el amor del que eres capaz de dar.
El éxito es una experiencia: no se compra ni se vende en ningún lado. Es un estado del ser.
Segundo paso: Trabaja con más intensidad, enfoque y fuerza que los demás
Cualquiera que sea el camino de éxito que quieras conquistar, no lo lograrás con holgazanería o haciendo abuso del suceso de otros. Seguramente conoces decenas de historias de personas que usufructuaron el éxito ajeno, y quedaron en la ruina.
Es que el éxito es una determinación personal, que cruza muchas variables internas: foco, precisión, atención a los detalles, oportunidades y cómo tomarlas, pensamientos optimistas, habilidad para accionar, atravesar el miedo y plantarse de frente a los problemas.
Para tener más éxito, no alcanza con ser estándar en tu desempeño: necesitas encontrar un punto de entrega extraordinaria a “eso” que te motiva, te apasiona y se transforma en la razón de tu vida. Una meta grandiosa, que te desafíe cotidianamente y te invite a sacudir tu modorra y pereza para salir a su conquista.
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Tercer paso: No hay límites más que los que impones en tu mente
Las historias de superación y éxito de personas extraordinarias no son excepciones que ves al pasar en Internet o las redes sociales; son la norma y la ratificación de los pequeños milagros cotidianos que acontecen, aunque no te des cuenta.
Incluso en tu propia vida están presentes estos hechos extraordinarios. Posiblemente, si andas muy distraído por las luces de neón del mundo, no puedas ser el observador experto que necesitas, y acuses a tu mala suerte, a tus padres, al gobierno, a la educación o a los demás por tu infortunio.
El exitoso no se coloca jamás en la vida en el papel de víctima. No se pregunta “¿Por qué a mí?” sino “¿Para qué a mi? ¿Qué aprendo de esto? ¿Cómo subo otro escalón?”.
Es necesario que rompas los límites mentales que te has impuesto; trabaja sobre tus fortalezas y deja de lado tus debilidades. En todo caso, reconócelas, y poténcialas en positivo compensándolas con aquello en lo que eres un número uno, eso que te distingue y que marca la diferencia.
Mas ideas para continuar en tu camino de éxito
Luego, haz un alineamiento de eso con tu pasión, aquella que brota a borbotones del fondo de tu ser, y que sabes que es el camino de tu éxito, aunque todavía no lo hayas manifestado en su totalidad. La clave está en persistir, completar cada ciclo pequeño que te lleve a aquel estado de suceso personal, y tener la actitud de gratitud permanente por todo. Incluso por lo que te desagrada, duele o provoca sufrimiento.
Mantén presente tu objetivo de éxito. No te desvíes. Si fantaseas en tus pensamientos, que sea a tu favor. Registra el proceso minuciosamente en una libreta o tu computador. Crea un mapa de experiencias. Reconoce cómo tu mapa mental determina los avances -y los retrocesos-. Haz más en consonancia con lo que te facilita avanzar.
Enfócate en lo que quieres: el 95% de las personas se enfoca en lo que no quiere.
Llegará un día en que la vida entrará en una sincronicidad tal de la que ya no te podrás apartar; porque así lo has determinado y generado desde adentro hacia fuera. Sabrás que estás alcanzando tu estado personal del éxito, un éxito a medida y podrás saborearlo y disfrutarlo de allí en más.
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