A los UNOS les gusta que los escuchen: buscan motivar a los demás, a partir de sus fuertes convicciones y sus profundos valores, como la rectitud y la verdad. Son íntegros, visionarios, elocuentes, inspiradores. Su energía se canaliza en organizar, reformar, crear estructuras y sistemas, teniendo como eje la elocuencia en la comunicación. Se desempeñan con mayor soltura donde prevalece la dimensión ética de la acción o de la palabra. Pueden ser óptimos periodistas, comentaristas, críticos, educadores, jueces, activistas políticos, consejeros empresariales, predicadores.
La capacidad de entrega y el don de servicio de los DOS son ilimitados, aún a costa de postergar sus propias necesidades. Son altruistas, generosos empáticos, humanitarios. Su energía está dirigida a dar lo mejor de sí cuando los demás están en situaciones complicadas. Brillan allí donde hay necesidad, donde la atención al prójimo y la solidaridad tienen un valor preponderante.
Se desenvuelven con destreza en el campo asistencial, como médicos, enfermeros, asistentes sociales, niñeras, voluntarios o en el mundo de las relaciones, como consejeros, jueces de paz o diplomáticos.
¡Realiza un test de Eneagrama aquí!
[También te puede interesar: Los eneatipos y sus puntos ciegos: ¿cuál es el tuyo?]
Los TRES son valiosos, eficientes, resolutivos, admirables, hacedores. El alto nivel de energía que los anima está enfocado, casi exclusivamente, en el ámbito laboral. Buscan el éxito a través de la profesión y construyen una imagen “vendedora”: de este modo cosechan alabanzas, el necesario combustible que mueve su motor y preserva su apariencia. Son excelentes vendedores, comerciantes, emprendedores, publicistas, abogados, corredores de bolsa, representantes o managers, diseñadores de moda, estilistas.
En tanto los CUATRO son creativos, originales, profundos, sensibles, introspectivos. Su profunda necesidad de intimidad y su especial sensibilidad, les dan acceso a las vivencias interiores y a cultivar la espiritualidad. Es esta energía diferente, la que los conduce más allá de lo establecido. Cuando el lenguaje cotidiano no logra manifestar la profundidad de su sentir, recurren al arte como herramienta de expresión. Encontramos así, escritores, compositores, pintores, ilustradores, guionistas, diseñadores, como también filósofos, terapeutas, ecologistas.
Para los CINCO siempre hay algo nuevo por descubrir: se cuestionan las causas, indagan, catalogan conceptos, establecen conexiones entre ideas y elaboran nuevos sistemas y teorías. Estos saberes no siempre son compartidos, sino que son empleados como resguardo o como medio de preparación para afrontar los retos de la vida. Toman distancia y protegen su espacio privado, además, a fin de recargar energías. Son personas curiosas, sabias, competentes, innovadoras, objetivas. Se desempeñan con pericia en el campo de la ciencia, la investigación, la programación, la tecnología, la estadística.
Los SEIS se caracterizan por ser leales, fieles, confiables, nobles, siempre dispuestos a hacer lo esperado en el cumplimiento de los compromisos contraídos. Es allí donde se fortalecen y donde su energía se regenera. Como tienen un sexto sentido para detectar el peligro, pueden ser prudentes, temerosos y desconfiados, o bien, al prever lo que vendrá, y mostrarse valientes al momento de emprender nuevos caminos. Pueden desempeñarse con soltura como asesores de seguros, consultores empresariales, en la prevención de riesgos laborales, así como en el ámbito militar y religioso, donde las jerarquías están bien definidas.
[También te puede interesar: Eneagrama: conoce con qué eneatipo se complementa tu personalidad y por qué.]
Los SIETE canalizan la energía hacia el futuro: están en constante movimiento, valoran la variedad, no están dispuestos a perderse nada estimulante o gratificante, son adictos a la adrenalina. Suelen mostrarse alegres, graciosos, agradecidos, abundantes, polifacéticos, conectados con el disfrute de la vida. Pueden brillar como humoristas, comediantes, chefs; en los deportes de riesgo o como animadores en fiestas o de grupos.
Los OCHO tienen una gran necesidad de ser respetados en relación a sus ideas, convicciones, decisiones, y a su espacio personal. En consecuencia, se muestran fuertes, poderosos, magnánimos, justos, comunicando e implicando a su entorno en sus cruzadas. Brillan en las profesiones donde estas características son requeridas; allí donde la energía de control y liderazgo es valorada. Esta fortaleza se pone de manifiesto como militares, jefes de policía, líderes políticos, altos directivos, agentes en los servicios de inteligencia.
Finalmente, los que se identifican con el eneatipo NUEVE son pacíficos, armoniosos, diplomáticos, sanadores, conciliadores en los distintos ámbitos. Su energía se orienta hacia un deseo de armonía en su vida cotidiana, evitando las situaciones conflictivas o el tener que tomar posiciones. Son los ideales maestros de yoga y meditación, impulsores de las terapias alternativas, la homeopatía, lo holístico o integral; comprometidos con los movimientos por la paz global, alineados con la filosofía oriental más que con la occidental.