Hay momentos, lugares, circunstancias, que invitan a la reflexión, invitan a las preguntas esenciales sobre la vida y uno mismo. No hay respuestas a estas interrogantes pero sí hay herramientas que pueden ayudarnos en la búsqueda de autoconocimiento. El eneagrama es una de ellas.
Como ya te contamos, el eneagrama es un sistema de nueve tipologías que nos ayuda a (re)conocer aquello que ya sabemos sobre nosotros mismos y, a su vez, comprender el propósito que tiene vincularnos con los otros eneatipos. Recordemos que no hay un eneatipo mejor que otro, pero hay uno en el que nos reconocemos.
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¿Qué eneatipo soy?
Para saber cuál es tu eneatipo puedes completar un test a continuación. El mismo te permitirá identificar tu eneatipo: solo debes marcar las frases con las que te identificas. Es importante que no te dejes llevar por quien quisieras ser ni por quien fuiste en el pasado. Al completar el test, enfócate en quién eres hoy.
¿Conoces tu eneatipo? ¡Descúbrelo aquí!
¿De dónde surgen las características de los eneatipos?
¿Por qué María es naturalmente empática? ¿Cómo es que a Pablo no le cuesta estudiar? ¿Por qué los hermanos son tan distintos? ¿Por qué vivo soñando? Según el eneagrama, cada eneatipo es una combinación única de: una vivencia particular al nacer, un determinado centro energético y un modo específico de dirigir la energía.
El UNO vivió su nacimiento como rechazo, es esencialmente visceral y dirige la energía visceral hacia adentro. Esto lo lleva muchas veces a aspirar a ser mejor, a querer hacer lo correcto.
El DOS vivió su nacimiento como rechazo, es esencialmente emocional y dirige su energía emocional hacia afuera. Por ello es que aspira a brindarse y dar siempre lo mejor.
El TRES vivió su nacimiento con agresión, es esencialmente emocional pero suele bloquear esta energía. Esto produce que quiera aspirar a hacer mejor, a concretar.
El CUATRO vivió su nacimiento con soledad, es esencialmente emocional y dirige esa energía hacia adentro. Suele aspirar a vivir más intensamente.
El CINCO vivió su nacimiento en soledad, es esencialmente cerebral y dirige ésta energía hacia afuera. Tiende a pensar mejor, quiere entender profundamente al mundo.
El SEIS vivió su nacimiento con rechazo, es esencialmente cerebral y bloquea su energía cerebral. Estila a cumplir, a colaborar en la familia y la sociedad.
El SIETE vivió su nacimiento como agresión, es esencialmente cerebral y dirige su energía hacia adentro. Esto lo lleva a aspirar a disfrutar más de la vida.
El OCHO vivió su nacimiento como agresión, es esencialmente visceral y dirige la energía hacia afuera. Tiende a querer construir un mundo más equitativo.
El NUEVE vivió su nacimiento como soledad, es esencialmente visceral y bloquea su visceralidad. Por eso aspira a estar siempre en armonía.
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Como ya mencionamos, no hay un eneatipo mejor que otro sino que todos necesitamos recibir de los otros para aprender: a ser mejor, a dar lo mejor de nosotros, a hacer mejor, a vivir con más intensidad, a pensar y entender profundamente, a colaborar, a disfrutar más la vida, a construir un mundo más equitativo y a fluir.