Se necesitan varias explicaciones para entender cómo fue que la ayahuasca pasó de ser una planta mística a una especie en peligro de extinción. Esta enredadera es usada para limpiar energías kármicas y negativas.
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¿Qué es la ayahuasca?
La ayahuasca es una planta propia de las regiones amazónica. Su nombre científico es Banisteriopsis caapi. Es un organismo vegetal usado desde hace mucho por las comunidades indígenas suramericanas.
Una planta bastante conocida en naciones como: Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y Brasil. Se sabe que tiene efectos psicotrópicos, purgativos y para rituales religiosos. Sus efectos son muy fuertes en los humanos.
Se prepara como infusión: hervida en agua. El resultado es una bebida que altera el estado de conciencia. Tradicionalmente, la planta ayahuasca se mezcla con un arbusto llamado chacruna, aumentado su efecto.
Los rituales de ayahusca ganaron popularidad
Muchas comunidades indígenas realizan actividades con esta planta. Por ejemplo, se sabe que tiene cualidades para mitigar el dolor. También, permite sobrellevar largas caminatas y aliviar la tristeza de las personas.
Los chamanes efectúan rituales con esta planta. Preparan diversas infusiones que son ingeridas por ello mismo y los participantes en actividades religiosas. La gente entra en una suerte de éxtasis, una nueva dimensión.
Se dice que el Amazonas es el pulmón del mundo. La destrucción de este territorio afecta a esta planta. No obstante, hay un factor adicional: la gran cantidad de turistas que desean consumirla para sentir sus efectos.
Es una planta de lento crecimiento, que al ser usa de manera tan frecuente tiende a desaparecer. Por lo tanto, el uso excesivo de la misma ha causado un verdadero problema. Cada vez hay menos ayahuasca disponible.
Muchas personas admiran los efectos alucinógenos de esta planta. Sin embargo, no tienen en cuenta que es un organismo delicado. A su vez, su escasez desencadena desequilibrios en la flora y vegetación de su territorio.
El problema del turismo místico
La planta no crece en otras latitudes. Por lo tanto, la gente viaja hasta Suramérica para consumirla. Ya hemos indicado que es una planta un tanto delicada, que no se reproducen otras zonas. Esto afecta su capacidad para sobrevivir.
El llamado turismo místico tiene casi dos décadas existencia en tierras sudamericanas. Este consumo de la ayahuasca ha sido su catalizador. Sin embargo, este tipo de turismo parece atentar contra esta peculiar especie vegetal.
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¿Habías oído hablar de esta planta? Es bastante popular en los territorios selváticos de la América del sur. Resulta necesario conservarla, el que más allá de sus cualidades psicotrópicas forma parte de nuestros ecosistemas.
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