Comprender el rol de la fuerza de voluntad se torna imprescindible en el desarrollo de tratamientos efectivos y variables posibles para mantener conductas saludables.
Bioguia habló al respecto con Julia Helbling, Licenciada en Psicología (M.P. 35.570) quien explicó: “La fuerza de voluntad podría definirse como la capacidad de resistir las tentaciones al corto plazo para cumplir con metas de largo plazo. Se trata del autocontrol o autodisciplina. La disciplina tiene que ver con cumplir con ciertas reglas para obtener un resultado deseado. Si pensamos en una situación concreta podríamos visualizarla cuando destinamos esfuerzo en aquello que es importante para nosotros y deseamos lograrlo porque nos interesa.
Esto no significa que sea placentero, no necesariamente tengo que sentirme feliz para cumplir con una rutina de ejercicios semanal, pero si mi salud y mi bienestar son importantes para mí, entonces tengo una motivación, un motivo para lograrlo”, advirtió.
Para la especialista, la fuerza de voluntad puede ser efectivamente fortalecida con la práctica: “La buena noticia es que la fuerza de voluntad es como un músculo, es algo que puede entrenarse y desarrollarse en el tiempo. Es importante remarcar que es algo que puede fatigarse si se la usa en exceso. Las personas que están bajo un autocontrol excesivo empiezan a manifestar síntomas de agotamiento”.
Entonces, ¿Factores como el agotamiento, autocontrol, miedos y angustias aminoran las conductas saludables?
En general, en la búsqueda de una vida sana y placentera respondemos a impulsos que condicionan e impactan en los diversos hábitos.
“El mantenimiento de conductas saludables como una alimentación sana y la realización de ejercicio físico frecuente requiere una buena dosis de fuerza de voluntad ya que implica la postergación de la satisfacción inmediata y el control de los impulsos. También juega un papel en otras decisiones relacionadas con un estilo de vida sano como por ejemplo, el uso y abuso del tabaco, alcohol y drogas.
Cuando la fuerza de voluntad falla, la exposición a un estímulo cargado de emociones anula nuestro sistema cognitivo racional y nos lleva a acciones impulsivas. Es decir, tomamos decisiones emocionales” sostuvo Helbling.
Poner en palabra lo que nos pasa y pedir ayuda debería contemplarse como una solución posible ante la ansiedad, depresión, angustias, entre otros trastornos mentales.
Es menester reflexionar en torno a la salud mental y el estado de bienestar psíquico frente a la incertidumbre diaria en la cual estamos inmersos y los conflictos que conspiran contra ellos.
“Los efectos del agotamiento de la fuerza de voluntad pueden ser mitigados por medio de creencias, actitudes y estados de ánimo positivos. Esto significa que con la motivación adecuada las personas pueden perseverar aún cuando su fuerza de voluntad se encuentra disminuida o ha sido casi agotada” agregó la especialista en terapia cognitivo conductual.
Claves para potenciar la motivación y estado de ánimo según la especialista en Psicología:
- Dado que el agotamiento de la fuerza de voluntad en un área puede reducir la fuerza de voluntad en otras, es más efectivo enfocarse en una sola meta a la vez en lugar de atacar una lista de resoluciones múltiples al mismo tiempo.
- Tener clara y presente la motivación para lograr nuestros objetivos puede ayudarnos a persistir cuando la fuerza de voluntad flaquea.
- Pensar en resultados a mediano y largo plazo y mentalizarnos acerca de cómo nos sentiríamos si lo consiguiéramos.
- Anticiparnos a posibles obstáculos que pueden presentarse y pensar estrategias de resolución.
- Del mismo modo que los músculos se fortalecen con el ejercicio constante, el ejercitar el autocontrol de manera frecuente puede aumentar la fuerza de voluntad con el paso del tiempo.
Existen tres componentes necesarios para lograr un objetivo:
1) Establecer la motivación para hacer el cambio y fijar una meta clara.
2) Monitorear el comportamiento que lleva a la meta.
3) Ejercer la fuerza de voluntad, es un paso crítico para lograr dicha meta.