La educación es una de las herramientas esenciales para el logro de la sustentabilidad. Existe un consenso generalizado en todo el mundo acerca de que la información pública, la educación y la capacitación son elementos clave para llevar a las sociedades hacia la sustentabilidad. El desafío es cómo transformar nuestro sistema educativo con parámetros de mayor justicia y sustentabilidad.
Pandemia + Educación
En la actualidad, la pandemia ha puesto de manifiesto las enormes desigualdades, que no sólo se manifiestan en inequidades materiales, sino también, y sobre todo, en el plano de lo social, cultural y de recursos espirituales. Y en este contexto surge la pregunta de cómo agiornar los actuales sistemas de consumo en relaciones más sanas y sustentables con el planeta.
¿Somos capaces de plantear un sistema que contribuya a la construcción de ciudadanos más conscientes y solidarios que integren vínculos sanos entre ellos mismos, con los demás y con el mundo?
Estamos frente a un momento decisivo de elecciones y cambios profundos. Tenemos ante nosotros la posibilidad de optar y priorizar lo que verdaderamente importa. Aquello esencial e irremplazable, que necesariamente dejaremos a las próximas generaciones.
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Son tiempos éstos de profundos cuestionamientos y decisiones éticas –como por otra parte ha sucedido en la historia de la humanidad poniendo en cuestión modelos de convivencia social-. Hoy vivimos un tiempo fuerte de cambio epocal. Y las decisiones se realizan y repercuten no sólo en términos masivos, sino también en nuestras prácticas diarias, donde se ponen en juego esas elecciones. Precisamente aquí el rol de la educación ocupa un lugar privilegiado.
En efecto, la educación para la sustentabilidad entiende la vida, al planeta y la acción humana como aliados que necesitan integrarse y dialogar entre ellos para sostenerse. Durante mucho tiempo el hombre se ha relacionado con el ambiente haciendo de él un uso arbitrario, indiscriminado y despótico, como si se tratara de una fuente inagotable de recursos a su disposición y merced.
Y ha llegado el momento de prestar atención a esa realidad vital y a las posibilidades y los límites que el planeta nos plantea. No sólo por la insostenibilidad de los modelos actuales, sino en pos de un desarrollo humano y social más integrado, saludable y fructífero.
Futuro + Sustentabilidad
Y el tiempo con el cual contamos no es ilimitado. Necesitamos dar pasos imprescindibles hacia la sustentabilidad; entendida ésta como un sistema, un difícil equilibrio entre la educación, el respeto por el ambiente, el desarrollo económico y el bienestar social. La sustentabilidad no anula la libertad humana. En realidad la potencia cuando la vincula al sentido más profundo de la responsabilidad. Las personas son primariamente seres naturales que se despliegan dentro de un sistema más complejo, que los excede y también los define.
Estos nuevos planteos a los paradigmas de desarrollo vigentes, implican adoptar valores que generen comportamientos armónicos con el planeta y entre los seres que lo habitamos.
Pero no existe posibilidad de desarrollo humano si no se tiene en cuenta, casi primariamente, la dimensión “social” de nuestro “ser natural”.
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En palabras del Papa Francisco, en su documento Laudato Si, se aborda el concepto de “ecología integral”. Y lo hace invitando al diálogo interreligioso e intercultural. Propone un cambio de visión y de conducta, un cambio de paradigma que invite al análisis de nuestras acciones individuales en vínculo con una visión global respetuosa, de cooperación, austeridad y cuidado.
“Salir de una visión miope y reduccionista, que no es capaz de analizar las consecuencias de las propias acciones y pasar a una visión global y planetaria que se refleja en una conducta de respeto, cooperación, austeridad y cuidado” dice.
Y nuevamente, la educación se presenta como oportunidad para construir diálogos horizontales y respetuosos; como el medio por excelencia para alcanzar estos acuerdos que favorezcan un desarrollo sustentable entre los seres humanos, en alianza con la naturaleza.
El camino hacia la sustentabilidad necesita de la educación. El desafío es cómo transformar nuestro sistema educativo en un sistema más justo y sustentable.