¡Hola seres espirituales viviendo una vida terrenal!, ¡Hola hermanxs de aprendizaje!,
Estoy nuevamente aquí y ahora, y como ya lo habrán notado, hoy me levanté medio “Socrático”. En mi vida eso significa que estoy cargado de energías para cuestionar. ¡Agárrense fuerte eternos pasajeros temporales que aquí vamos!
En primera instancia quiero contarles que, a casi 25 años de su partida de este plano material, le seguiría siendo suficiente, “el suelo como pizarra y unas ramitas haciendo de tizas”, al maestro/educador universal brasileño Paulo Freire (1921-1997), para despertarnos, recordarnos y volvernos a demostrar que la enseñanza y el conocimiento merecen ser considerados como tal, si están destinados a la liberación/expansión de toda la especie humana y su consciencia y no a conducirla cada vez más cerca de las garras afiladas de la esclavitud tan destructiva del pensamiento alienante y repetitivo.
Una nueva visión del mundo, simplemente creo que es eso lo que debería significar un pequeño trozo de conocimiento para la esponjosa/curiosa mente humana, aún más en sus primeros años ‘de-formación’. A veces, a quienes nos gusta de meditar sobre estas cuestiones, nos da la sensación de que se estuviese trabajando casi de forma consciente para lograr justamente lo contrario, hacer de la persona una especie de ‘receptáculo acumulativo’ de información que tarde o temprano empezará a decantar y/o desaparecer como un tarro de basura a punto de explotar y a carcomer lentamente las paredes del espíritu llevándolo a su desintegración ética.
El conocimiento, es conocimiento, si sirve para la Liberación y no para la Dominación/automatización y adormecimiento. Los espacios de nuestra mente deben ser colmados de ‘Herramientas’ que sirvan para masticar, pensar y repensar y asumir una postura acerca de toda esa información que llega hasta las personas, a fines de poder utilizarlas para construir caminos que lleven a toda la humanidad a un puerto mejor.
Si asumimos que el fin último de la existencia humana es el ‘bien vivir’ de todos los seres que la conforman, respetando además, de una manera armónica y responsable a todas las formas de vida, no podemos seguir creyendo que en la repetición se encuentra el arte de la diversidad, de los jardines repletos de flores dispares con sus innumerable gamas de colores, de las sonrisas auténticas, de los pensamientos revolucionarios y positivos, de la intriga, de las ganas de expresar…
Y para despedirme, no sin un nudo en la garganta, dejaré esta pregunta a modo de reflexión futura:
¿Qué tienen los recreos que no tienen las clases, y que son tan anhelados por lxs niñxs, en donde corren y ríen enérgicamente y juegan todo lo posible antes que suene la maldita chicharra?
Para pensar…