La crisis global del COVID-19 irrumpió con fuerza en Europa siendo España uno de los países más afectados por su propagación. En esta situación, la industria hotelera fue uno de los primeros sectores en recibir el impacto. Tras ver reducido su nivel de actividad considerablemente los hoteles tuvieron que colgar el cartel de cerrado. Sin duda, una decisión difícil de tomar a la par que necesaria.
Durante este periodo, la región de Madrid ha sido la más afectada, y los hoteles han actuado de forma proactiva y han contribuido al beneficio común de manera solidaria y altruista, adoptando un papel relevante en un escenario que nos concierne a todos. Como se diría en el argot hotelero, han ido un paso más allá (go the extra mile).
La comunidad de Madrid ha contado con hoteles medicalizados para atender a pacientes que no necesitan cuidados intensivos y a profesionales sanitarios, pudiendo así usar los recursos de los hospitales para los pacientes más críticos. En estos hoteles, las habitaciones han cambiado su apariencia, solo disponiendo de la cama (cabecero plastificado), mesilla y TV. El resto de mobiliario o material superfluo ha desaparecido.
El hotel “Ayre Gran Hotel Colón” fue el primero de la lista en habilitarse para el cuidado de pacientes leves y personal sanitario. Todos ellos se han comportado como un auténtico soporte del sistema sanitario y se merecen nuestra admiración por su capacidad y voluntad de adaptación.
Es interesante conocer que más de 40 hoteles se han ofrecido para su medicalización (alrededor de 9.000 camas), pero no todos ellos cumplían con los requisitos operativos necesarios. Este dato demuestra cómo se ha volcado la industria con la causa.
Además los hoteles han cedido camas, habilitado sus espacios para personas sin recursos, creado plataformas para coordinar la colaboración y aportado alimentos a la comunidad, entre otras medidas. Hablamos de auténticos héroes.
Es curioso pensar que la palabra hotel tiene su origen en el latín (hospitalis domus), que significa casa para acoger a huéspedes. En la edad media, los monjes que atendían a la población enferma por las epidemias, denominaron sus albergues como “hospitale”, dando lugar al término “hospital”. En ese momento fue necesario establecer una mayor diferencia entre albergue para viajeros y enfermos, y entonces los franceses acuñaron la palabra “Hôtel”, la cual por su simpleza y facilidad fonética, fue acogida posteriormente como sinónimo universal de “albergue”.
En lo personal, he sentido esta crisis de primera mano. Mi madre es enfermera y relata perfectamente el significado que ha tenido para muchos profesionales el haberse podido alojar en estos “hogares”. Unos porque se han trasladado de otras provincias y otros por intentar proteger a su familia tras turnos maratonianos dando lo mejor de sí mismos.