A lo largo de un buen tiempo nuestra sociedad ha evolucionado (sobre todo en estas últimas cuatro décadas) en la construcción del concepto de “sustentabilidad y desarrollo”, y dentro de ello, la temática “género y ambiente” cuestión que no constituye un simple elemento añadido, más bien forma parte de una categoría que nos ayuda a comprender la equidad y el derecho a una vida digna #porunmundomejor.
Ahora bien, es importante dejar en claro que: no podemos hablar de “sustentabilidades” sin incorporar variables de género, y tampoco, crear políticas de desarrollo sin concebir los criterios de equidad, ya que ambas cuestiones se cruzan transversalmente en todos los ámbitos de la acción pública.
Con esta premisa, el sistema jurídico internacional lo instrumenta a través de: “La Declaración Universal de los Derechos”, “El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y Protocolo Facultativo”, “La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer”, “La Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Desarrollo”, “La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del hombre”, “La Convención Americana de Derechos Humanos (y su Protocolo)”, “La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer”, “La Agenda 2030” (más reciente con sus Objetivos del Desarrollo Sostenible, principalmente en esta cuestión el número 5, viéndose vinculados los 1,2,4,6,10 y 11) entre otras herramientas.
Nos ayudarán a proteger estos derechos fundamentales que no tienen nada que ver con el “sexo” (que es la categoría biológica) sino que hace referencia a cada rol o papel y comportamiento, que desempeñan los seres humanos en sus relaciones sociales, económicas y culturales guiadas por su valor personal (moral, ética, etcétera), generando así una construcción social la cual comprendiendo esto pueden modificarse.
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En definitiva, la importancia de los roles y papeles respetando la equidad y el derecho a una vida digna estimula el fomento de sociedades igualitarias, pacíficas y con capacidad de desarrollarse de forma sustentable.
Dra. Martina Goldsztein
PD: Por último es importante aclarar que cuando se involucran cuestiones de aspectos de igualdad y equidad de género, no hablamos únicamente de las mujeres, sino que también se aborda a los hombres, teniendo en cuenta el enfoque ambiental ambos participan en el manejo del ambiente a nivel decisorio y de gestión con diferentes formas de acceso y control.