Amar y Amarrar, puede que empiecen de forma idéntica y en los diccionarios sean vecinas y que muchas veces por causas muy humanas se confundan, pero la realidad es que son cosas rotundamente distintas y hoy me desperté con ganas de tomar coraje y demostrarlo.

Amar

Si me preguntan: "¿Qué es amar?", no tardaré en responder que es “El acto de dar amor” y entonces me dirán: "¿Y qué es el amor?", y no dudaré en responder lo que me enseñaron mis maestros espirituales a lo largo de toda mi vida hasta hoy y es que el amor es el estado más profundo y maravilloso del ser, es una fuerza infinita gracias a la cual emanaron, emanan y se mantienen vivas todas las cosas.

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Que cuando nos amamos y cuando amamos a otra persona, estamos conectadxs con la energía espiritual del universo, con esa sensación de bienestar y de salud perfecta, con esas emociones que nos hacen vibrar el cuerpo a cada instante y elevarlo hasta lo más alto.

Cuando amamos realmente nos liberamos del tiempo y vivimos en el aquí y ahora, cuando amamos decididamente soltamos, cuando amamos nos potenciamos y potenciamos a otras personas a través del sano deseo de la libertad, del progreso y la tranquilidad…

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Amarrar

Creo que luego de decir todo esto, se nos hace un tanto evidente que Amarrar es otra cosa, y les voy confesando que ya hace un largo tiempo que creo que la culpa de todo la tiene el Ego, ese escurridizo y pícaro Ego.

Brevemente diré que el Ego es ese fantasma que se hace de nosotrxs para lastimarnos y mantenernos a la defensiva, con sus infinitas herramientas de las cuales, más allá de la culpa y el enojo, el miedo es su arma principal por excelencia. Aquí es cuando, víctimas del Ego, más que amar -y sin darnos cuenta- caemos en la trampa de amarrar y este es el comienzo de todos los desequilibrios.

Amarrar es poseer, ¡sí, poseer!, es atar, es aprisionar, es no desear la libertad de la otra persona realmente, es tener cerca, es control, es inseguridad, es propiedad, es celos… es enfermedad. Y de todo esto es de lo que el Ego se alimenta y además es en donde se encuentra en su estado natural… desesperación, pánico, ansiedad.

¿Amar o amarrar?

Muchas veces cuesta distinguirlo, pero si hacemos un verdadero esfuerzo y nos sinceramos, fácilmente caemos en la cuenta de que amar no puede tener nada relacionado a ir a llenar un vacío en otra persona, a intentar apaciguar miedos propios en brazos ajenos, a intentar poseer y someter para sentirnos completxs.

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Pero entonces... ¿Cuándo sabremos si estamos amando o amarrando a alguien?

La verdad es que no tengo esa respuesta, lo que sí siento en mi corazón es que una persona que no comience primero por conocerse, aceptarse y amarse a sí misma, no se encuentra realmente preparada para dar cariño a alguien.

¿Y tú, amas o amarras?