Nuestro ego y nuestras emociones muchas veces se interponen entre nosotros y el mundo. Juzgamos a los demás o nos sentimos juzgados, tenemos miedo, nos sentimos ansiosos, y al final, sólo logramos encerrarnos en nosotros mismos.
Sin embargo, encerrarte y poner una barrera entre tú y los demás es lo peor que puedes hacer. Cuando te sientes atacado, cuando no logras conectar con los otros, cuando tienes la sensación de que todo el mundo está en tu contra… En general, es porque tienes algo que sanar dentro tuyo.
Cuando estás bien, no juzgas tanto a los demás, ni te dejas llevar o preocupar por sus opiniones. En general, lo que ves en los demás es reflejo de lo que te pasa dentro.
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Lo mejor que puedes hacer, entonces, es derribar las barreras que te separan del mundo y abrirte a los demás; siempre desde un lugar de humildad.
El yoga y la apertura
La práctica del yoga siempre es una buena manera de abrir la mente y el corazón a lo que nos rodea. Por ejemplo, esta postura de yoga es ideal para abrirte a los demás y derribar las barreras de tu interior.
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Sólo debes practicarla por un minuto, siempre teniendo muy presente la respiración, y ya notarás cómo tu espíritu se siente más dispuesto a aceptar a las personas que te rodean
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Primero debes sentarte de rodillas, con las nalgas apoyadas sobre los talones.
En esa posición, inhala y alarga la columna, al tiempo que te sujetas la nuca con la mano derecha.
Nota el estiramiento en el tríceps y el lateral del torso.
Luego, alarga el brazo izquierdo hacia el piso, y aléjalo todo lo que puedas de tu cuerpo, para acomodar la columna en una inclinación.
Fuente: Cuerpo Mente
Mantén la postura mientras respiras profundamente. Sentirás cómo la caja torácica se expande, y esa expansión del pecho te ayudará también a sentirte más receptivo hacia los demás.
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Luego de respirar profundamente manteniendo la postura 30 segundos, cambia de lado: la mano izquierda a la nuca y la derecha hacia el piso. Mantén nuevamente por 30 segundos, respirando profundamente.
Fuentes: