Una vez más, el ingenio de América Latina sorprendió a científicos de todo el mundo, esta vez de manos de un grupo de investigadores argentinos. Este equipo (formado por el doctor en física Eugenio Otal y los doctores en química Manuela Kim e Ismael Fabregas) trabajó durante un año sobre materiales semiconductores híbridosllamados “MOF” (Metal Organic Frameworks) hasta desarrollar fotocatalizadores que tienen la cualidad de absorber toda la energía visible, en lugar de solo la ultravioleta.
Esto los vuelve más eficientes, ya que, a diferencia de otros fotocatalizadores como el dióxido de titanio, pueden absorber un 43% de luz del sol; en lugar de un 4% de la radiación ultravioleta (UV), para transformarla en energía química o eléctrica mediante un proceso similar a la fotosíntesis de las plantas.
Los científicos lograron modificar químicamente los MOF, y a partir de eso pudieron transformar sus características para ampliar su capacidad de absorber la luz, mediante la aplicación de compuestos usados para teñir telas. Esto logró optimizar sus características fotocatalíticas, es decir, la capacidad de las moléculas de transformar la energía lumínica en química.
Según explican, los “MOF” son una “nueva familia de materiales que unen propiedades de las nanopartículas inorgánicas y los polímeros orgánicos de manera sinérgica". Y agregan: "Los MOFs que desarrollamos son fotocatalizadores, es decir, agregamos una antena que capta la luz solar y permite transformar su energía en energía química, como las plantas que realizan fotosíntesis para generar sus nutrientes".
Dentro de las ventajas que abre potencialmente este descubrimiento se encuentra especialmente la posibilidad de aprovecharse para las energías renovables a partir de la luz del sol. Además, pueden usarse para descontaminar el agua; desarrollar celdas solares con una inversión baja, mejor aprovechamiento de la luz del sol y mayor vida útil; y servir inclusopara romper las moléculas de agua y obtener de ellas hidrógeno para generar energía limpia.
En el estudio colaboraron además Juan Hinestroza, de la Universidad de Cornell (Estados Unidos); Mauricio Calvo, del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla (España); Lassi Karvonen, del Instituto Federal Suizo de Materiales; y Cesar Sierra de la Universidad Nacional de Colombia.
Los resultados del trabajo de este equipo fueron publicados en la revista científica Chemical Communications, de la Real Sociedad Química del Reino Unido; siendo un orgullo para toda América Latina.