Muchas veces nosobsesionamos con una idea, con una imagen específica de lo que creemos que esla felicidad. Para algunas personas es una gran oficina con gente a su cargo y unacuenta bancaria inmensa, para otros es una familia o por lo menos un momento deintimidad y verdadero amor junto a otra persona. 

Confundimos eléxito o el amor con la felicidad, esperamos que otras personas o que ciertascircunstancias nos lleven a ser verdaderamente felices y por eso cuandoconseguimos esas cosas, tenemos un instante muy breve de satisfacción, pero pocoa poco se borra de nuestra mente y cuerpo.  


La felicidad es tal vez el estado de ánimo más difícil de alcanzar y para algunos puede incluso ser un mito. Un ser inalcanzable, que se manifiesta en nuestro futuro, pero siempre que parecemos alcanzarlo, da un salto cuántico a otro futuro más incierto, más lejano. 

El problema radica en la búsqueda de la felicidad. Sin duda todos queremos ser felices, pero colocar nuestra felicidad en otra persona o en una situación específica, nos convertimos en esclavos de esa idea. Hacemos todo lo posible por tenerla y por eso somos miserables si no lo logramos, pero conseguir lo que queremos puede ser igual de grave.  


Pronto nos damos cuenta que llevamos meses o años buscando algo que realmente no nos hace felices y que en lugar que la vida transcurra, nos hemos desviado hacia una ilusión. Creamos una expectativa: “Si escribo mi libro seré feliz”, pero al cumplir ese sueño, la felicidad se va nos quedamos con un sentimiento de abandono en el mundo. Después pensamos que la felicidad llegará al publicarlo, después al venderlo y así sucesivamente. Buscar la felicidad nos llevará a constantes decepciones.  

El punto se trata de no buscarla, de hacer lo que nos apasiona, no buscando ser felices por lograr algo, sino por el momento en el que estamos haciendo eso que nos apasiona. Mucha gente se da cuenta mucho tiempo después, pero son los pequeños momentos en los que nuestro cerebro no está procesando si seremos felices, cuando en verdad ya lo es.  

La nostalgia

Es por eso somos nostálgicos por el pasado: cuando hacemos una lista de "logros", es mucho más fácil verlos como si nos hubieran hecho felices. Pero en ese momento, quizás no estabas disfrutando, sino esperando más.

Si pones atención a la memoria, esos verdaderos momentos felices siempre fueron espontáneos, y son recuerdos que hablan de nuestra verdadera pasión y relaciones. Si buscas la felicidad no la encontrarás, deja que ésta llegue naturalmente.  

No busques comenzar una relación con la primer persona que quiere estar contigo, deja que las cosas se den naturalmente y verás que la felicidad es aún más grande de lo que creías. Es así con todo lo que crees que te traerá felicidad, esperar y no presionarla, al final llega para todos.