Si bien los dolores de cabeza suelen ser bastante comunes y, en la mayor parte de los casos, desaparecen sin mayores dificultades, también podrían ser señales de alerta que indicarían que algo en nuestro cuerpo no está bien.

Aunque quizás no lo sabías, el tejido del cerebro no tiene en sí mismo nervios sensibles al dolor. Lo que percibimos como “dolor de cabeza” se genera cuando las terminaciones nerviosas sensibles al dolor reaccionan a ciertos desencadenantes como el estrés, y envían mensajes a través de un nervio hacia el tálamo, que a su vez envía mensajes a las regiones del cerebro que controlan la conciencia del dolor y su respuesta.

Tipos de dolores de cabeza

Los dolores de cabeza pueden dividirse en dos grandes grupos: por un lado los primarios, que se presentan de manera independiente a cualquier otra enfermedad, por ejemplo aquellos que surgen frente al estrés, por haber pasado muchas horas delante del ordenador o, incluso, algunos tipos de migrañas.

Y, por otro lado, los secundarios que, aunque a simple vista parecen simples, se vinculan con otros trastornos de salud que generan que las terminaciones nerviosas sensibles al dolor se estiren o compriman fuera de lugar. Éste es el caso de las enfermedades infecciosas (como la gripe o sinusitis), lesiones cervicales, presión arterial alta, trastornos nerviosos, accidente cerebrovascular, entre otros.

Además, los dolores de cabeza pueden variar también en frecuencia e intensidad del dolor; y pueden estar acompañados de otros síntomas como náuseas o sensibilidad a los ruidos y la luz.

En esta nota encontrarás algunos tipos de dolores de cabeza (primarios) para que puedas aprender a reconocer algunas de sus posibles causas. 

Cefalea

Las cefaleas parecen surgir de la nada y generan un dolor muy fuerte, por lo general, de un lado de la cabeza. Se siente muy intenso alrededor de la zona central de la cabeza y una presión sobre el ojo.

Según lo que se ha investigado, el hipotálamo (el área del cerebro que regula el sistema nervioso autónomo y las hormonas, el sueño, la libido, la respiración y otros procesos del cuerpo) se activa cuando se produce el dolor, y estimula una vía nerviosa a lo largo de la base del cerebro, causando dolor en los ojos. Además, los vasos sanguíneos de la superficie del cerebro se inflaman, causando la sensación de opresión.

Migraña

Son generadas por la inflamación de los vasos sanguíneos y las arterias que envuelven el cerebro. El dolor es punzante e intenso, y puede acompañarse con náuseas, un aumento de la presión arterial y una mayor sensibilidad a los estímulos sensoriales como la luz, el ruido o los olores.  

No se conoce con exactitud su causa; y pueden durar varias horas o incluso días.

Tensional

Este tipo de dolor de cabeza varía en intensidad y frecuencia, pero suele ser uno de los más comunes, ya que se relaciona con las tensiones ocasionadas con el estrés, la ansiedad u otros problemas emocionales. Puede ir acompañado de sensibilidad a la luz, rigidez de cuello y hombros. 

Por lo general, comienza en la nuca y va expandiéndose hacia delante. No suele ser muy intenso.  

Fatiga visual

La televisión, el ordenador o la mala iluminación puede hacerle daño a tu vista y eso producir dolores de cabeza. 

"En racimo"

Dolores de cabeza repentinos y dolorosos que se producen en "racimos” (episodios continuos seguidos de una fase sin dolor), afectan un lado de la cabeza, a menudo alrededor o detrás de un ojo, y pueden estar precedidos por migraña y náuseas. La nariz y el ojo del lado afectado de la cara pueden enrojecerse, hincharse o lagrimear. Algunas personas experimentarán inquietud y agitación, cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y sensibilidad a la luz, el sonido o los olores.

Los dolores de cabeza en racimo se producen más frecuentemente por la noche que durante el día. 

¿Cuándo es necesario ir al médico?

Cuando se siente: 

• Dolor de cabeza intenso y repentino, acompañado por rigidez del cuello.
• Dolor de cabeza intenso acompañado por fiebre, náuseas o vómitos.
• Dolor de cabeza acompañado de confusión, debilidad, visión doble, o pérdida del conocimiento.
• Dolor de cabeza posterior a una lesión.
• Dolor de cabeza y pérdida de la sensación o debilidad en cualquier parte del cuerpo.
• Dolor de cabeza asociado con dificultad para respirar.

¿Cómo aliviarlo?


Más allá de estos consejos, es conveniente acudir al médico o profesional de confianza; y no automedicarse frente a ningún síntoma. 

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