¿Alguna vez has sentido un sentimiento muy intenso y arraigado que te dice que eres “inadecuado”, un fraude y un fracaso en tu vida personal, y sobre todo profesional?

Si esos síntomas se te hacen familiares, puede que hayas sufrido, en mayor o menor medida, el síndrome del impostor, un mal que es mucho más común de lo que creerías, pero que ha sido ignorado por mucho tiempo por la mayoría de la gente. Afortunadamente, en los últimos años ha aparecido una oleada de concientización sobre este mal, que podría afectar a cualquier persona, sin importar sus logros o estatus social.

El síndrome del impostor es, esencialmente, un término psicológico para referirse a los intensos sentimientos de duda en uno mismo, hasta el punto en que uno puede llegar a sentirse como un fraude, alguien que no está realmente capacitado para hacer su trabajo.

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Actualmente, este síndrome está más presente en las personas jóvenes, según revela un estudio revelado de 2017, con el que se demostró que los millennials padecen más de este síndrome debido a la intimidación en las áreas de trabajo.

El término se originó en el año 1978 por Pauline Rose Clance y Suzanne Imes de la Universidad de Georgia, en un estudio llamado “El Fenómeno del Impostor en Mujeres Exitosas: Dinámicas e Intervención Terapéutica”. El estudio demostró que este síndrome suele ser manifestado principalmente por mujeres exitosas. No es sorpresa que mujeres como Michelle Obama, Kate Winslet o Emma Watson hayan manifestado padecerlo.

Ciertas dinámicas familiares en la etapa temprana y los estereotipos sexuales aplicados más tarde contribuyen de manera significativa en el desarrollo de este fenómeno”, dice el estudio.

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El estudio también demuestra que el síndrome se presenta en hombres, pero con mucha menos frecuencia. Aun así, estudios recientes proponen que la presión que supone el síndrome del impostor podría afectar más a hombres que a mujeres, debido a las expectativas sociales sexistas que son impuestas sobre ellos.

Aunque este síndrome no está reconocido como un desorden psicológico, existen algunos síntomas comunes presentes para quienes lo padecen, como: altos niveles de ansiedad, la duda de los triunfos propios, frustración y baja autoestima.

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En su estudio, Imes y Clance recomiendan a la gente batallar contra este síndrome buscando ayuda terapéutica. Mientras que el profesor y autor Andy Molinsky sugiere buscar las fuerzas propias para batallar contra estas autopercepciones negativas.

La próxima vez que te encuentres en una situación en la que te sientas fuera de tu zona de confort, no te enfoques en tus fallas” comenta Molinsky, y agrega “considérala una oportunidad para aprender de tus errores y busca nuevas perspectivas”.

Fuente:

The Independent