Del 17 al 23 de Mayo se conmemora, anualmente y en todo el mundo, la Semana del Parto Respetado, y uno de los objetivos principales es generar conciencia para que el parto vuelva a ser considerado algo natural, respetándose los derechos de la persona gestante y su bebé.

Desde la Asociación Francesa por el Parto Respetado se impulsó esta iniciativa en 2004, a la que se fueron uniendo varios países, con la finalidad de visibilizar, dar a conocer y tomar conciencia respecto al modo en que se atienden los partos en todo el mundo, y también a su vez, exigir el cumplimiento de los derechos vinculados al nacimiento.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó recientemente sus primeras directrices mundiales para apoyar a las mujeres y los recién nacidos en el periodo posnatal, es decir, las seis primeras semanas después del nacimiento, ya que es un momento crucial para garantizar la supervivencia del recién nacido y la madre, y apoyar el desarrollo saludable del bebé, así como la recuperación y el bienestar mental y físico general de la madre.

En Argentina, la Semana Mundial del Parto Respetado es oportunidad para recordar que existe la ley n° 25.929 de Parto Humanizado, que fue reglamentada en 2015 y que defiende los derechos de las madres, los recién nacidos y sus familias al momento del trabajo de parto, parto y postparto. Y junto con la Ley 6.365 de Parto Respetado y Atención Perinatal, sancionada en la Ciudad de Buenos Aires en 2020, dan las herramientas que las mujeres y su entorno necesitan para hacer valer sus derechos en un momento de tanta vulnerabilidad, en el que muchas veces se dejan de lado cuestiones tan básicas como preguntarle a la persona gestante por quién desea estar acompañada durante el nacimiento de su bebé.

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En todo el mundo, más de tres mujeres y bebés de cada diez, no reciben actualmente atención posnatal en los primeros días tras el nacimiento, el periodo en que se producen la mayoría de las muertes maternas e infantiles.

Durante los primeros días de nacido del bebé, las consecuencias físicas y emocionales del parto, que pueden ser lesiones a dolor recurrente y traumáticas, pueden ser debilitantes si no se tratan, pese a que con frecuencia son muy fáciles de tratar si se ofrece la atención adecuada en el momento adecuado.

El director del Departamento de Salud de la Madre, el Recién Nacido, el Niño y el Adolescente y Envejecimiento de la OMS, doctor Anshu Banerjee, sostiene que una vez que el bebé nación, sigue siendo sumamente necesaria la atención de calidad para la madre y su hijo. “De hecho, el nacimiento de un bebé es un acontecimiento que cambia mucho la vida, en el que se entremezclan sentimientos de amor, esperanza y emoción, pero que también puede provocar estrés y ansiedad sin precedentes”.

El especialista expresa que los progenitores, y en especial las mujeres, necesitan sistemas sólidos de apoyo y atención de salud, teniendo en cuenta que se dejan en segundo plano sus necesidades, indirectamente, debido al nacimiento del bebé.

Las primeras semanas luego del nacimiento son cruciales para crear lazos y establecer comportamientos que inciden en el desarrollo y la salud del lactante a largo plazo. Por esta razón, se recomiendan asesorías de lactancia materna y así ayudar a los progenitores a ofrecer una atención que se adapte a sus bebés recién nacidos.

El término parto respetado o parto humanizado hace referencia al respeto de los derechos y preferencias de las madres, los niños y niñas y sus familias, en el momento del nacimiento.

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En el cumplimiento de la ley de Parto Humanizado se privilegia la voluntad de la persona gestante respecto al modo de atender el parto, teniendo como clave los siguientes puntos, aunque aún sigue siendo necesaria la información, educación y capacitaciones respecto a esta ley vigente desde hace ya varios años, para sensibilizar, prevenir y erradicar la violencia sobre la persona gestante durante todo el proceso del nacimiento de su hijo, trabajo de parto, parto y postparto:

  1. Respetar las particularidades de cada familia (etnia, religión, nacionalidad), acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas.
  2. Generar un espacio familiar donde la persona gestante y el recién nacido/a sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.
  3. Respetar que la persona embarazada o gestante siga su propio pulso de parto, evitando todo tipo de intervenciones innecesarias o impuestas, y a decidir en forma conjunta la forma de controlar el dolor, la posición y la forma y vía de parto.
  4. Cumplir el derecho de la persona embarazada, como usuaria del sistema sanitario, a recibir la información completa (existencia de complicaciones, ventajas e inconvenientes de los posibles tratamientos) y a ser tratada con respeto y consideración de sus pautas culturales.
  5. Tener en cuenta los deseos y necesidades de cada persona gestante, como el estar o no acompañada por alguien de confianza en cada momento, a su intimidad y a la alimentación durante el parto.
  6. Informar sobre las distintas intervenciones médicas que pueden tener lugar y debe hacer que la persona en trabajo de parto participe activamente al decidir conductas de los profesionales durante el parto y puerperio.
  7. Respetar el derecho a no ser sometida a ningún examen o intervención de investigación.
  8. Mantener al recién nacido en su habitación de internación (si no requiere cuidado especial).
  9. Darle información sobre los beneficios de la lactancia y asistencia para amamantar.
  10. Brindarle asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña, y sobre iniciar la anticoncepción en el puerperio.

Los recién nacidos tienen derecho a estar en contacto con la persona progenitora desde el primer momento, ser alimentados con leche materna sin interferencias, ser tratados de forma respetuosa y digna, contar con inequívoca identificación, no ser sometido a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia y que sus progenitores reciban información sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo.

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Seguramente, en algún momento de tu vida, hablaste con alguien que ha tenido una mala experiencia con respecto a la maternidad, antes, durante o después del nacimiento de su hijo. ¿Piensas que al día de hoy sigue ocurriendo lo mismo? ¿O que se han ido cambiando las formas de atención en los partos, respetando los derechos de la persona gestante y su bebé?

¿Estás de acuerdo con la prevención de la violencia obstétrica de médicos, obstetras, obstétricas y todo personal de la salud en general?

Fuente: Infobae