¿Sientes a veces que en tu agenda está tan completa que no te deja lugar a ninguna maniobra? ¿Cualquier evento que te saque del plan que tenías, por más mínimo que sea, te complica la vida? ¿Vives irritado, cansado, con agobio, sintiendo que no das a basto con todo?
Bienvenido al club. Estás entre las millones de personas que en la actualidad viven con estrés y ansiedad. Y no creas que eso significa que estás mal. En realidad, tiene que ver con un clima de época, que Pablo Resnik define muy bien en la introducción de su nuevo libro, Vivir a Mil:
“Vivir corriendo, agobiados y a mil ya resulta de lo más natural en nuestra vida urbana, sobre todo en las grandes ciudades. Las causas son, sin lugar a dudas, múltiples y complejas.
Nos encontramos sumergidos en un clima de época caracterizado por la hiperinformación, la confusa multiplicidad de opciones a seguir y, por otra parte, los altos costos de nuestras necesidades, la novedad constante y la incertidumbre social, laboral y familiar. Ya no estamos alertas e insomnes solo en épocas de crisis, mudanzas, exámenes, conflictos laborales, pérdidas de seres queridos o divorcios. La ansiedad y el agobio se han constituido en un nuevo modo de vida”.
Así que ya ves, la forma en la que te sientes tiene que ver con la época y el lugar en el que vives. Pero eso no te hace sentir mejor, ¿No? Pues no. Es que vivir a mil tiene consecuencias, tanto en la salud mental como en la física.
¿Hay algo que hacer?
Cuando el estrés se vuelve tóxico
El estrés es, en principio, una respuesta natural de nuestro cuerpo a ciertos peligros. Es, básicamente, una herramienta de supervivencia que creó nuestro organismo hace millones de años. Cuando nuestra vida está en riesgo, el cuerpo libera una serie de respuestas automáticas que eventualmente nos permitirán huir (como la liberación de adrenalina, el aumento del ritmo cardíaco, una mayor tensión muscular, etc.).
Cuando estamos por rendir un examen importante, si se acerca nuestra boda o vamos a tener una entrevista para el trabajo de nuestros sueños, se liberan las mismas reacciones que sentían nuestros antepasados al enfrentarse con una fiera hambrienta. Entonces, sentimos nervios, miedo, estrés.
Aunque no es una sensación agradable, es natural. Es una reacción incontrolable de nuestro organismo a una situación que vemos como “peligrosa”. Lo normal es lograr superar esas sensaciones y adaptarse al desafío.
El problema aparece cuando toda nuestra vida, todo el tiempo (o gran parte de él) se nos presenta como peligrosa, irritante o agotadora. Dicho de otro modo, cuando vivimos con la permanente sensación de que estamos corriendo peligro. Eso es el estrés tóxico.
Salud en riesgo: el problema de “vivir a mil”
Tal como explica el prestigioso psiquiatra Pablo Resnik en “Vivir a Mil”, el gran problema del estilo de vida que llevamos es que afecta nuestra salud. Y no es un decir. El estrés permanente genera cefaleas, dolores musculares, contracturas.
Pero también afecta la memoria, genera fobias y pensamientos ansiosos, nos expone a infecciones, nos altera el apetito y el sueño, genera problemas intestinales y cardíacos. Vivir a mil nos enferma.
En su libro, Resnik analiza con ejemplos clínicos y desde una sólida base teórica de qué se trata vivir a mil, ese modo de habitar el mundo que, de un tiempo a esta parte, parece haberse vuelto natural. Pero sobre todo, analiza sus consecuencias, y propone alternativas mucho más saludables a este ritmo de vida.
¡Realmente no serás el mismo después de leerlo!
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