Si últimamente estás teniendo insomnio, problemas para concilar el sueño, te desvelas y luego te sientes cansado al día siguiente, quizá la solución sea más reconfortante de lo que imaginas.
Según un estudio publicado en la revista Current Biology realizado por un grupo de investigadores estadounidenses, el solo hecho de estar expuestos a los ciclos naturales del día y la noche pueden naturalmente reajustar el nuestro ritmo circadiano y, en consecuencia, mejorar la manera en que descansamos.
El ritmo circadiano se refiere a los cambios físicos, mentales y de conducta a nivel interno que siguen un ciclo aproximado de 24 horas y que responden, sobre todo, a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo, ya sea una persona, un animal, una planta o microbios minúsculos.
Este ritmo anticipa cuándo son las horas del día y de la noche para coordinar el funcionamiento del cuerpo; y es tan importante que incide de manera significativa en el estado de anímo, de fuerza física y de alerta.
Lo que sucede en las grandes ciudades es que la vida agitada ha alterado nuestros patrones naturales del día y la noche. La cantidad de luces artificiales, alarmas y pantallas han interferido en los ciclos, generando un desajuste en nuestros hábitos.
En el estudio, a cargo del doctor Kenneth Wright, de la Universidad de Colorado Boulder, se realizaron pruebas realizadas con pequeños grupos de voluntarios, donde se midieron los niveles de luz durante un acampe y se tomaron nuestras de sangre a los participantes para examinar la presencia de la hormona del sueño, la melatonina.
¿Cuáles fueron los resultados?
El estudio comprobó que durante una semana de camping, aun en invierno, las personas estaban expuestas a 13 veces más cantidad de luz natural que estando en un hogar convencional; y sus niveles de melatonina comenzaban a aumentar, ¡dos horas y media antes!
En este sentido, los relojes internos se comenzaban a alinear con respecto al momento de dormir y despertarse. Un elemento fundamental para esto, sumado a la luz natural, fue la ausencia de dispositivos electrónicos.
Aunque según el estudio las mejorías pueden apreciarse con solo realizar un camping de un fin de semana, para poder aprovechar el reajuste al volver a casa, una buena opción es intentar aumentar la exposición a la luz natural, por ejemplo, saliendo a caminar durante el día; y, al mismo tiempo, reducir la luz artificial por la noche.
¡Anímate a tomarte un fin de semana de descanso al aire libre y vuelve a recuperar tu ciclo normal de sueño!