Si alguna vez fuiste a la playa, o has pasado un día entero al aire libre a pleno rayo del sol, sabrás que el sólo hecho de estar expuesto a grandes temperaturas provoca un gran cansancio.
Aunque no hayas hecho ningún esfuerzo físico, al terminar el día te sientes agotado, con el nivel de energía bajo cero.
En este momento, en el hemisferio sur está comenzando a subir la temperatura, mientras que en el norte el frío más fuerte aún no llegó, resulta interesante explicar por qué el calor nos hace sentir tan cansados, y cómo prevenirlo.
El cuerpo trabajando
Nuestro cuerpo trabaja duro, incluso aunque “no estemos haciendo nada”. El corazón bombea, el cerebro funciona, los pulmones reciben aire, etc.
Para mantenernos saludables, el cuerpo tiene que estar a una temperatura de entre 36° y 37°, y todo nuestro organismo trabajará para que eso sea así, no importa lo que pase. Pero cuando estamos expuestos a mucho calor, el cuerpo tiene que trabajar más duro para mantenernos a una temperatura saludable. Ni hablar si la temperatura ambiente es más alta que la que debería tener el cuerpo.
Nuestro organismo produce, por ejemplo, el proceso de vasodilatación, que permite que más sangre fluya cerca de la superficie de la piel. Esto sucede para que, al estar en contacto con superficie, la sangre tibia se enfríe.
Este proceso también explica por qué muchas personas se ponen coloradas cuando tienen calor.
También está el proceso de sudoración. Al secretar sudor, este se enfría en la superficie, logrando mantener así también la temperatura corporal.
Para poder llevar a cabo todos estos procesos, el ritmo cardíaco aumenta considerablemente, como así también el metabólico. Provocando una sensación de fatiga.
La hidratación, parte fundamental
Cuando la piel se quema por el sol, el cuerpo pierde parte de su capacidad de regular la temperatura. Además, desvía fluidos a esa zona para intentar reparar el daño.
Esto, sumado a la sudoración, puede llevar a un fuerte estado de deshidratación. Muchas veces, cuando sentimos calor, tratamos de mitigarlo tomando bebidas frías, muchas de las cuales sólo empeoran el cuadro de deshidratación por ser diuréticas.
Algunas sodas, el café helado y la cerveza, por nombrar algunas, son bebidas que disminuyen la hidratación del cuerpo en lugar de aumentarla.
Por eso, lo más fundamental es, en días de mucho calor, beber mucha agua fresca. También tomar meriendas saladas.
Cómo cuidarse
Además de mantenerse hidratado, hay muchas otras medidas que se pueden tomar para evitar que el calor nos afecte físicamente.
En primer lugar, es importante evitar estar expuesto al sol en los horarios en los que este tiene más potencia, es decir, entre las 10 y las 14 hs.
También es importante estar atento a los síntomas de un golpe de calor: sudoración abundante, tener un pulso rápido y sensación de desmayo o sueño. Si estos síntomas aparecen, es importante hidratarse, buscar un lugar fresco y, si los síntomas no disminuyen, consultar a un médico.