Si pudieras encontrarte con un maestro de yoga, ¿qué le preguntarías?
Santiago Buompadre*, psicólogo, especializado en clínica, y director en Antropotécnica dedicado a la práctica de meditación y yoga desde hace más de 17 años, responde.
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1. ¿Qué es el yoga? ¿Todo el mundo puede practicarlo?
El Yoga es un medio, pero también un fin. Se trata de una práctica, un conjunto de técnicas psicofísicas, y también es un corpus sistematizado de conocimiento cuyos orígenes se remontan al siglo XII A.C. Algunos aspectos del Yoga pueden ser practicados voluntariamente: los ejercicios físicos posturales, las prácticas respiratorias, las técnicas de meditación; y otros aspectos serán el resultado obtenido por medio de estas prácticas.
La palabra Yoga deriva de la raíz sanscrita “yug” que significa “unir”, “tener fuertemente asido”, “poner bajo el yugo”, y designa un método de contemplación que se orienta a lograr un estado en el que se fortalece la capacidad de estar presente en la acción que se realiza, integrando mente y cuerpo para romper los automatismos inconscientes que suelen gobernar nuestros actos cotidianos. Se trata de un proceso de entrenamiento físico y mental para lograr el advenimiento de una relación armoniosa entre aspectos de la existencia que suelen estar disociados: cuerpo, mente y emociones, por un lado; y la relación con uno mismo y con los demás, por el otro.
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Sin duda, todo el mundo puede practicarlo. Un aspecto fundamental del Yoga es que es una práctica que debe adaptarse a cada individuo en las condiciones y circunstancias en que se encuentra, de acuerdo a sus necesidades y posibilidades. Desde el punto de vista científico actual, el Yoga es parte de la medicina mente-cuerpo (como lo son la meditación, el Tai-chi, y el Qi-Kung) cuyo principio básico es que los factores cognitivos, emocionales y espirituales afectan la fisiología, en la salud y la enfermedad. Su objetivo está basado en uno de los deseos humanos más antiguos y perseverantes: vivir una vida larga, significativa y saludable, en un estado de equilibrio y armonía con uno mismo y con el ambiente.
A medida que la práctica despierta la conciencia de las sensaciones físicas y los procesos mentales o emocionales emergentes, el praticante naturalmente va tornándose más capaz de asumir un papel activo, ya sea aprendiendo a relajarse voluntariamente, a experimentar sensaciones físicas más profundamente, a seguir un pensamiento complejo, o logrando patrones de movimiento más sutiles y con menor esfuerzo. Esta conciencia activa y participativa es un valor básico de todas las disciplinas cuerpo-mente. Es un camino, un ejercicio de autodescubrimiento.
2. ¿Cuáles son los primeros cambios que alguien que nunca practicó yoga notaría luego de las primeras veces?
En este punto es importante destacar que los verdaderos cambios, como todo en la vida, llegan con una práctica sostenida con disciplina y voluntad, y que llevan tiempo, paciencia y determinación. Vivimos en una sociedad que empuja a resultados rápidos y eso es, muchas veces, causa de sufrimiento, presión, tensión e insatisfacción, entre tantas otras cosas. Pululan por todos los rincones las promesas de cambios fenomenales en pocas semanas, se prometen metamorfosis en tres sesiones: los cambios estructurales psicofísicos tardan en llegar, no es un camino que pueda recorrerse rápido.
En el Bhagavad-gītā, un texto clásico fundamental de la religión Hindú, Krishna enseña a Arjuna la que es, probablemente, la lección más importante sobre las acciones y sus resultados: “Cuando alguien posee el verdadero conocimiento, cuando no desea los frutos de sus acciones, entonces es un verdadero hombre y los resultados de sus acciones se queman en el fuego del conocimiento. Si abandona el apego por los resultados de sus acciones, siempre estará satisfecho y libre… aquel que está satisfecho con lo que obtiene, que no se deja engañar por la dualidad y que persevera tanto en el éxito como el fracaso, nunca ha de sufrir el resultado de sus acciones …”.
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La moraleja de esta historia es que uno debe hacer, del mejor modo posible, lo que tiene que hacer, pero renunciando a los resultados de la acción, sin estar obsesionado con los resultados, dejando que ellos vengan solos como producto de la acción, pero con la intención puesta en hacer lo que hay que hacer de la mejor forma que se pueda. Aún así, podemos decir que los primeros cambios que alguien puede empezar a experimentar las primeras veces luego de practicar suelen ser: un mejor descanso, el descubrimiento de nuevas posibilidades de movilidad física, la sensación de trabajar los músculos de modos novedosos, mayor relajación y una sensación general de bienestar.
3. ¿Cuáles son los miedos o prejuicios más comunes de los alumnos que van por primera vez a una clase?
Generalmente, la gente piensa que es poco flexible, y que su estado físico no es apto para practicar yoga, y suelo decirles que ésa debería ser, en todo caso, una buena razón para empezar a hacerlo. Suelen temer no estar a la altura de la imagen exigente que se crearon viendo fotos y videos en las redes sociales donde lo que suele exhibirse es gente con muchos años de práctica y donde el acento está puesto en el aspecto acrobático y los dotes virtuosos que muy poca gente puede alcanzar. Mi experiencia de los últimos 10 años dando clases me ha mostrado que ese temor, ese prejuicio hacia ellos mismos, suele ser mucho mas una proyección negativa, una imagen distorsionada, que una realidad. El 90% de las veces que alguien viene por primera vez y me dice eso, terminamos la sesión con la experiencia opuesta y suelo decirles: “eres otro más que confirma la regla de que todos piensan que están mucho peor de lo que en realidad están”.
4. ¿Por qué recomendarías la práctica del yoga?
Durante las últimas dos décadas, distintos estudios científicos orientados a evaluar la efectividad del Yoga y la meditación han reportado diversos grados de eficacia en numerosas áreas de la salud, como síntomas del síndrome premenstrual y menopausia, enfermedades autoinmunes y trastornos emocionales en enfermedades neoplásicas; trastornos del estado de ánimo y la ansiedad; dolor y discapacidad asociada a dolor; reducción del riesgo cardiovascular; insomnio, incontinencia, enfermedad y síntomas de cáncer relacionados con el tratamiento y mejora de los resultados posquirúrgicos, hipertensión y artritis; estrés post traumático; mayor bienestar subjetivo, síntomas psicológicos y reactividad emocional reducidos y una mejor regulación del comportamiento.
Los beneficios generales en la salud son numerosos y pueden colaborar en la constitución de una vida mas plena, armónica, integrada a la comunidad y respetuosa del medio ambiente. Los cambios saludables en la vida de muchas personas pueden ayudar a construir un mundo mejor.
[*Santiago lleva 25 años dedicado al estudio de las interacciones entre la mente y cuerpo, y más de 17 años de práctica de meditación y yoga. Entre el 2007 y el 2011 vivió en India, Nepal, Sri Lanka y Tailandia. Desde entonces es director en Antropotécnica; estudio de medicina mente-cuerpo, yoga y meditación]