El hecho se llevó a cabo en la localidad de Pothakud, en el sur de India. Un pequeño pueblo donde habitan apenas 120 familias, las cuales decidieron apagar sus luces para salvar el nido de un ave conocida como urraca oriental.
Era una tarde normal, como cualquier otra, en la que Karuppu Raja, un joven de 25 años se dirigía a cumplir su trabajo de encender las luces, cuando encontró el nido en el que se resguardaba el ave con tres pequeños huevos.
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¿Por qué dejar las luces apagadas?
Cuando Karuppu intentó encender el alumbrado de las calles del pueblo, la urraca se mostró asustada e incluso un poco alterada. Por tal motivo, el chico pensó que si continuaba tratando de prender las luces, el ave podría tirar los huevos o electrocutarse.
Así que, decidió tomar una foto del nido y compartirla por el grupo de WhatsApp de los habitantes del lugar. Les explicó la situación, la pequeña familia de aves estaba dentro del generador, encender las luces podría acabar con ella.
Afortunadamente, todos entendieron y accedieron a mantener las luces apagadas por más de un mes, con la finalidad de conservar tanto a la urraca como a sus crías, sanas y a salvo.
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Las aves se salvaron
Gracias a Karuppu, que encontró el nido en el generador de electricidad, y sintió que era un deber de los pobladores de Pothakud mantener a estas aves a salvo, ya que esa mamá urraca había elegido ese pequeño pueblo para que sus hijos nacieran.
Los vecinos se conmovieron no solo con las imágenes tomadas por él mismo, sino también por el mensaje donde pedía compasión además de compresión por parte de todos.
Sumado a eso, el chico fue de puerta en puerta a hablar con cada una de las familias para que entendieran la importancia de cuidar a estas hermosas aves.
Tras 35 noches con las calles en total oscuridad, los huevos eclosionaron, los pichones vieron la luz del día. Todos los habitantes del lugar estaban muy emocionados, así como personas de varios sitios del mundo que siguieron el caso.
Evidentemente se trataba de unas pequeñas y desplumadas crías. Aunque en uno días estas crecieron, adquirieron tanto su plumaje como la capacidad de volar, y entonces se marcharon. En ese momento, tal como una celebración, el pueblo volvió a encender el alumbrado de las calles.
Urraca oriental
La urraca oriental, en comparación con la común, es más robusta. Además, posee las alas más largas y una cola más corta. El plumaje de la espalda, la cola y las alas muestran un color azul iridiscente bastante llamativo, ligado con tonos verdes. Mientras que el pecho es blanco.
Es un ave propia del este de Asia. Se extiende desde el norte de Birmania a Indochina. Por el este de China hasta Corea y el suroeste de Rusia.
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