Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard creó un nuevo bioplástico a base de un componente presente en la concha de los camarones. Tarda unas pocas semanas en degradarse y enriquece el suelo, favoreciendo el crecimiento de las plantas. Se diferencia así de los plásticos utilizados actualmente, que tardan cientos de años en degradarse y son un peligroso contaminante.Una vez desechado, este bioplástico se degrada en sólo unas semanas. Además, libera nutrientes que favorecen el crecimiento de las plantas. En uno de sus experimentos, los investigadores lograron cultivar una planta de frijoles de ojo negro en suelo enriquecido con los desechos de su creación. Al cabo de tres semanas, el material había estimulado su crecimiento.
El descubrimiento fue realizado por un grupo de investigadores del Instituto Wyss de Ingeniería Inspirada en la Biología de la Universidad de Harvard. Los científicos explicaron que lo que se fabrique con este nuevo resistente, transparente y renovable material podrá ser producido en masa y será tan fuerte como cualquier otra cosa fabricada con los plásticos que se utilizan actualmente para hacer juguetes y celulares. Esto se debe a que el bioplástico que desarrollaron puede ser utilizado para hacer objetos en tres dimensiones, con formas complejas, usando las técnicas de fundición e inyección tradicionales.
El invento recibe el nombre de shrilk, una combinación de shrimp (camarón en inglés) y silk (seda en inglés). Está hecho a base de quitosano, una forma de quitina, que es el segundo material orgánico más abundante en la Tierra y el principal componente de los caparazones de los crustáceos, las cutículas de los insectos e incluso las flexibles alas de las mariposas. Esta sustancia fue combinada con una proteína de la seda. Las conchas de camarón que se usan para hacer el bioplástico serían desechadas o utilizadas como fertilizante o empleada en la fabricación de maquillajes.