Congelar los alimentos muchas veces es inevitable. Algunos no duran mucho tiempo al natural y no siempre podemos ir con frecuencia al mercado. También puede que necesites congelar productos de estación para tenerlos disponibles más adelante.
Sin embargo, el problema suele ser que algunas veces utilizamos tuppers, bandejas o botellas plásticas para contener los alimentos y bebidas en el freezer o congelador; y el plástico puede liberar sustancias, como los radicales libres, que son perjudiciales para la salud. Además, el vidrio es reutilizable, por eso los envases de vidrio son una opción preferible al plástico.
La única dificultad de este material es que, si llenas hasta arriba un recipiente con líquido o, por ejemplo, un guiso, y lo congelas, el recipiente puede estallar cuando el contenido aumenta de tamaño al congelarse.
Con estos trucos, no volverá a sucederte.
1. Utiliza frascos de boca ancha y alargados para congelar habas, frijoles, guisantes, arvejas o leguminosas. Además, debes dejar 4 cm del bote sin completar, para que el contenido siga entrando si se expande. Congelar estos alimentos con proteínas de origen vegetal es simple y una buena solución para tenerlos siempre disponibles.
2. Deja también 4 ó 5 centímetros del recipiente libres cuando congeles salsas, pulpas de fruta o cualquier líquido. Siempre es mejor un frasco que una botella, sobre todo cuando el contenido es espeso, porque el cristal puede romperse si el contenido se expande hacia los lados. Cuando los descongelas tienes que usarlos, no puedes congelarlos otra vez.
3. Para congelar frutas lo ideal es que estén maduras y guardarlas peladas y cortadas en frascos sin tapa. Algunas no recuperan su calidad original al descongelarse, pero puede ser útil, por ejemplo, guardarlas para hacer helados en el verano con sabores de todas las estaciones.
4. Los tomates no pueden congelarse así como están; pero si por ejemplo los tienes en tu huerta y te sobra producción, puedes deshidratarlos y congelarlos en un frasco con algo de espacio extra.
5. Para congelar caldos y otros líquidos bien fluidos puedes usar botellas, pero recuerda dejar un cuarto o un tercio de la botella vacío para que no estalle cuando el contenido se dilate. Es importante guardarlos en porciones, porque cuando los descongelemos no los podemos volver a congelar.
6. El pan, las galletas y los pasteles puedes colocarlos en el congelador sin utilizar ningún recipiente, o puedes envolverlos en un trapo con cera de abeja para que queden como recién horneados.