La salud y el bienestar se han convertido en una de las mayores prioridades. Por eso, han
surgido algunas tendencias para ayudar a cuidar nuestro cuerpo de la mejor forma posible.
Entre ellos, uno de los más destacados son los superalimentos.
¿Qué son los superalimentos?
Los superalimentos son productos naturales que destacan por su alta densidad de
nutrientes y sus beneficios para la salud. A menudo, contienen vitaminas, minerales,
antioxidantes y grasas saludables en mayores concentraciones que otros alimentos. El
término en sí mismo carece de definición científica, pero los expertos sí que coinciden en
que su consumo mejora la función del sistema inmune, regula la digestión y contribuye a
prevenir ciertas enfermedades.
Espirulina
La espirulina es una microalga que aporta una gran cantidad de proteínas, vitaminas del
grupo B y hierro. Además, también ayuda a combatir el estrés oxidativo gracias a su
contenido en antioxidantes. Los zumos verdes, los batidos y las salsas son buenas formas de incluirla en la dieta. El color verde intenso y su sabor marino la convierten en un
complemento muy versátil.
Quinoa
La quinoa se ha vuelto básica en muchas dietas gracias a su perfil de aminoácidos
esenciales y alta cantidad de fibra. A diferencia de otros cereales, es una fuente completa
de proteínas. Además aporta magnesio y fósforo, necesarios para la salud ósea. Se suele
incluir como base de ensaladas, sopas o platos calientes, logrando texturas suaves y
sabores reconfortantes.
Aceite de coco
Otro de los alimentos que ha ganado mucha popularidad entre los aficionados de la
alimentación saludable es el aceite de coco virgen. Su contenido en ácidos grasos de
cadena media, como el láurico, favorece la energía y refuerza el sistema inmune. Sin
embargo, su alto contenido en grasas saturadas hace que haya que consumirlo con algo
más de moderación que el resto de los aquí mencionados.
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Bayas de goji
Estas bayas asiáticas son ricas en vitamina C, betacarotenos y antioxidantes que refuerzan
el sistema inmune. Su sabor ligeramente dulce y su textura las hacen perfectas para
combinarlas con cereales, yogures o postres. Algunos de los beneficios que se les atribuyen
son la mejora de la visión y efectos positivos en la piel. Su consumo moderado es clave
para disfrutar de sus beneficios sin exceder la ingesta de azúcares naturales.
Aguacate
El aguacate es uno de los alimentos de moda gracias a su fuente de ácidos grasos
monoinsaturados, beneficiosos para el corazón. Además, aporta vitamina E, potasio y fibra,
que ayuda a sentirse saciado y al equilibrio electrolítico. Su textura cremosa es genial para
untar en tostadas, preparar guacamole o dar cuerpo a batidos. Consumir aguacate
promueve niveles óptimos de colesterol y ayuda a mantener una piel tersa y luminosa.
Semillas de chía
Son muy pequeñas, pero tienen un gran poder nutricional gracias a su alto contenido en
fibra soluble, ácidos grasos omega-3 y antioxidantes. Cuando se hidratan, forman un gel
que facilita la digestión y prolonga la sensación de saciedad. son especialmente útiles en
dietas de control de peso y para quienes buscan regular el tránsito intestinal. Puedes
espolvorearlas sobre ensaladas, añadirlas a los yogures o elaborar pudines saludables,
aprovechando sus múltiples beneficios.
Cómo incorporar los superalimentos a tu rutina diaria
Hay formas bastante fáciles de incorporar los superalimentos dentro de tu dieta. Por
ejemplo, las semillas de chía o la espirulina las puedes incluir fácilmente en tus desayunos.
El aguacate también lo puedes introducir en tus tostadas o con algún sandwich, mientras
que las bayas de goji pueden ser muy buenos toppings en tus batidos. Eso sí, aunque sea
conveniente añadirlos, pruébalos antes de decidirte a preparar una alimentación alrededor
de ellos, porque puede ser que su sabor no sea de tu agrado.