El mundo se está llenando de plástico y poco a poco la Tierra está muriendo a causa de eso. Tenemos calentamiento global, guerras y muchos otros problemas, pero basta con conocer acerca del nuevo continente, ese que está en el mar y que se ha formado por la cantidad de plásticos que no se degradarán en los próximos miles de años para darnos cuenta que a veces el cambio individual puede causar impacto, por mínimo que parezca.
¿Cómo sabemos que eso es cierto? Una campaña para dejar de usar popotes o pajillas, hace 25 años no habría tenido el mismo impacto que ha tenido hoy. Un cambio de conciencia generacional ha llevado a la gente a cada vez exigir a más empresas y negocios que dejen de promover el uso de estos plásticos.
Sorpresivamente, la batalla se ha ganado y en los últimos años el cambio ha sido radical. Esto es motivo para festejar, pero también para preguntarse, ¿podemos generar el mismo cambio en otras cosas? Por ejemplo, las bolsas de plástico continúan consumiéndose masivamente a pesar que desde hace mucho se da la opción en los supermercados de usar bolsas de tela.
- No es que no sea posible, es que no se promueve lo suficiente.
Es por eso que campañas que impulsen estos movimientos son esenciales en una realidad en la que el mundo está sucumbiendo bajo su propia ignorancia. Uno de estos movimientos es el de Greenpeace, que está buscando firmas para promover el fin al plástico.
Claro, todos sabemos que una firma digital (y una real) no hacen mucho. Pero contabilizar al numero de personas que están dispuestas a sacrificar la comodidad por realmente ayudar al planeta es lo verdaderamente revolucionario.
Ellos tienen una calculadora que te pregunta dónde vives y te hace simples preguntas acerca de tu consumo semanal de distintos tipos de plástico. Al usarla, pensando que era alguien que sólo utilizaba estos productos en emergencias, me di cuenta que al parecer, cada año utilizo 1040 productos de plástico. También me dijo que si todas las personas de México consumieran la misma cantidad de plástico que yo, diariamente se usarían más de 132,663,110 piezas de plástico.
No dejemos que sea una revolución del popote, hagámoslo un movimiento real, que transforme la forma en que vivimos. Todo un siglo lo pasamos usando plástico sin pensar en el futuro y ahora estamos en la peor crisis de la historia.
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