Vulnerabilidad y crisis climática son dos conceptos que solemos escuchar a menudo. Están presentes en conversaciones cotidianas, así como también en análisis y debates sociales. Hoy en día, la realidad es que no se puede pensar en soluciones para una de estas problemáticas sin tener presente la otra.
La vulnerabilidad es un concepto que se define como la imposibilidad que tienen las personas para hacer frente a un shock o un siniestro imprevisto. La vulnerabilidad social en tanto, “tiene que ver con los siniestros que ocurren en nuestra sociedad y que te hacen caer en pobreza, particularmente cuando pierdes el trabajo y cuando el Estado, por ejemplo, no tiene medidas de protección para las personas que se enferman y, en definitiva, la familia queda en la pobreza más absoluta porque tiene que cubrir esos gastos”, señala Leonardo Moreno, director ejecutivo y asesor en políticas públicas de la Fundación Para la Superación de la Pobreza en Chile.
El concepto de vulnerabilidad social, según Moreno, “viene, precisamente, de los estudios climáticos. Por ejemplo, si pasa un huracán por Cuba o Miami, que son lugares donde hay posibilidades de hacerle frente a eso, hay menos vulnerabilidad, pese a que el huracán provoca destrozos. Entonces, no es lo mismo que pase en Guatemala o en algún país centroamericano, donde destroza vidas humanas, sembrados y otros”.
De esta manera, vulnerabilidad y crisis climática se convierten en dos problemáticas que van de la mano y se hace urgente tener presente que la segunda influye directamente sobre la primera. “El concepto de vulnerabilidad está íntimamente ligado en su concepción al del cambio climático, porque son una serie de elementos que se están produciendo en el planeta y que afectan, precisamente, a aquellas personas que no le pueden hacer frente", explica Moreno.
"Cada vez es más alto el número de personas que no le pueden hacer frente a ese cambio, porque ya no solo afecta a los más pobres, sino que también a aquellos segmentos medios y a la humanidad en general. Pero la vulnerabilidad está dada porque tú no puedes enfrentar razonablemente el shock o el siniestro que se produce con un desastre climático o con un cambio paulatino, como es el caso de Chile en materia de aguas”, agrega.
Es aquí donde la lucha para enfrentar el cambio climático cobra total relevancia. “Las acciones climáticas, entendidas en su sentido más amplio, en términos individuales, familiares, comunitarios, nacionales, regionales, son acciones que pretenden, por un lado, mitigar lo que se está produciendo, pero por otro, evitar situaciones que se consideran siniestros o shocks, que puedan disminuir en su número y su intensidad en el futuro. Lo que la acción climática quiere producir es entregar seguridad, grados de protección a las personas y al planeta. Se trata de disminuir esos riesgos”, asegura Moreno.
Vulnerabilidad, un problema que afecta a todo el planeta
Tanto la vulnerabilidad como la crisis climática, son problemas presentes en todos los países del mundo, sin embargo, existe la creencia de que solo algunas regiones, aquellas que viven la cara más dura de la crisis, son las afectadas. Lamentablemente, el escenario es cada vez más crítico.
“Aquí se aplica la misma norma que se aplica a todos los problemas sociales. Tienes áreas como África, parte de América Latina que ya tienen un grado de vulnerabilidad en materia social y de pobreza. Evidentemente y, a través de estudios, se demuestra que la crisis climática los golpea a ellos", explica Moreno.
"Es muy importante agregar que hay zonas vulnerables al interior de los países ricos, que es el concepto que está detrás de los ODS, porque hoy día ya no existen zonas como lo que se llamaba antes El Sur Global que comprendía países de América Latina. Ahora no necesariamente son los países del sur, sino también de Centro América, por ejemplo, o el caso de África. Pero aparte del Sur Global, hoy se producen desigualdades muy profundas a nivel territorial en el norte, desarrollado, moderno, industrializado y eso hace que sumemos a una mayor cantidad de personas en vulnerabilidad”, agrega.
De esta forma el desarrollo sostenible se hace cada vez más necesario y si bien, se viene planteando la importancia, tanto en materia climática como en materia de desarrollo social desde el año 2015 cuando se acordaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), hoy en las puertas de la cumbre COP25 se hace imperativo cumplir con acciones concretas.
“Hay un concepto que es súper importante que es la interdependencia, la indivisibilidad de los objetivos de desarrollo sostenido, que sigue la misma lógica de los Derechos Humanos, son indivisibles. Por lo tanto, te das cuenta que gran parte de la pobreza y la vulnerabilidad tiene que ver con el cambio climático. Los objetivos de desarrollo sostenible siguen la lógica indica que la integridad de la vida en la tierra es interdependiente, indivisible, por lo tanto, la crisis climática y el problema de la pobreza y la vulnerabilidad tienen una relación absolutamente íntima. No son separables”, concluye.
Acciones concretas
Consciente de este escenario, la fundación 6DNow ha comenzado a trabajar a nivel mundial, promoviendo acciones cotidianas que contribuyan a frenar el cambio climático. Además, el próximo 6 de diciembre se realizará una reforestación masiva en el cerro Renca, en Santiago de Chile. En el marco de este proyecto se plantarán 30.000 árboles con la comunidad como protagonista. De manera simultanea, países como Australia, Sudáfrica, China, Perú, Argentina, Ecuador, Senegal, Nigeria, Ghana, México y Brasil, entre otros, se sumarán con acciones masivas como reforestaciones nativas, manejo de residuos y eficiencia energética.
“La crisis climática es, sin duda alguna, el mayor desafío al que nos hemos enfrentado como humanidad. Los efectos provocados por el calentamiento acelerado del planeta generan eventos climáticos extremos, los que son un riesgo latente para las comunidades más vulnerables en todo el mundo”, explica Jorge Tapia, director de 6DNow.
“La crisis climática, si bien es transversal porque afecta a toda la humanidad, también tiene una incidencia directa en la reproducción y profundización de la pobreza. Los sectores más vulnerables sienten la crisis climática en su cuerpo, ya lo están viviendo, no es algo que pueda ocurrir en el futuro”, agrega.
Para revertir la situación se hace imprescindible llevar nuestro día a día acciones reales que contribuyan a frenar la crisis climática. “El #6D-IT´S NOW! con la cadena global de acciones climáticas concretas, a través de la participación de millones de personas, miles de organizaciones, cientos de empresas y también gobiernos, busca exigir a los líderes que estarán reunidos en la COP25, que garanticen -a través de compromisos y acciones concretas- que la temperatura del planeta no superará los 1,5 grados respecto a la era preindustrial. Desde nuestra mirada, la crisis no es climática, es profundamente humana”, señala Jorge Tapia.
Hacer frente a la crisis climática, en pos de disminuir los riesgos que sufre la población vulnerable, es una tarea conjunta entre todos los actores de la sociedad. Para esto es necesario, “cambiar el paradigma, pasando de la competencia a la colaboración. El problema es el mismo para todos, sin distinción, en el cual todas las formas de organización humana tienen algo que aportar.
Las personas, desde acciones concretas individuales, cambios de hábito de consumo y asumiendo un rol ciudadano activo. Las organizaciones, por su parte, deben visibilizar y actuar frente a la problemática, convocando a la comunidad, a los territorios, ejecutando acciones de restauración. Necesitamos empresas comprometidas y responsables, que transformen su relación con el mundo a través de procesos y producción de bienes y servicios sostenibles, además de aportar al financiamiento de la acción climática. Los gobiernos, en tanto, deben comprometer la acción a través de leyes y normas que garanticen un camino seguro para las generaciones jóvenes y futuras.
"Para que esto sea posible debemos construir un camino, el de la colaboración y actuar ahora”, concluye el director de 6DNow.