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Teniendo en cuenta que cada vez se consume más tecnología y aparatos urge encaminarse hacia una economía circular que permita evitar la pérdida de valiosos recursos presentes en este tipo de residuos.

La cifra de la cantidad de RAEE generados en los últimos años ha alcanzado niveles record. Según estadísticas, desde 2010 hasta 2019 se ha llegado a generar 53,6 millones de toneladas métricas de residuos, un aumento de 44 millones de toneladas métricas en solo cinco años. De esta cantidad se estima que solo el 17,6% fue recuperado. Y la tendencia hacia 2030 no es muy alentadora, serán aproximadamente por persona 12 kg de RAEE en el término de un año y según el Global e-waste monitor se prevé que para 2030 sean 74 millones de toneladas métricas de residuo electrónico generado.

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Desechos generados globalmente
Gráfico estadístico sobre los desechos, a nivel mundial

Aunque las cifras son imposibles de dimensionar, el problema se vive diariamente en cada hogar, a la hora de desechar un artículo eléctrico o electrónico tenemos la duda de: ¿A dónde puedo llevar mis residuos electrónicos? ¿Cómo los gestiono correctamente? Y la realidad es que muy pocos municipios se encargan de esta parte compleja de los residuos los cuales terminan generalmente en basurales a cielo abierto.

Los residuos plásticos mundiales mal administrados podrían duplicarse de aquí a 2050
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Pero, ¿Por qué es sumamente importante reciclar este tipo de residuo?

Para comenzar, tienen un alto componente de compuestos que son tóxicos, sustancias como el mercurio, por ejemplo, que liberadas directamente al suelo o agua puede ser toxico para la fauna marina y altamente contaminante.

Además, la chatarra electrónica es fuente de recursos muy valiosa como algunos metales que están presentes y pueden reutilizarse: oro, plata, hierro, cobre, aluminio, entre otros, esto puede medirse no solo en el impacto ecológico y social, sino también económico, la reutilización de estos recursos supone un ahorro de miles de dólares. El informe de la ONU estima que en 2019 se vertieron o quemaron alrededor de 57 000 millones de dólares (48 000 millones de euros) de estos metales y otros materiales recuperables. Solo se recuperaron unos 10 000 millones de dólares.

Una solución, la minería urbana

Ahora bien, seguramente en nuestros hogares todos tenemos algún aparato en desuso que aún no desechamos porque no sabemos cómo hacerlo y se siguen sumando otros que dejan de funcionar o que decidimos cambiar por otro más moderno. Si tenemos en cuenta la cantidad de metales con el que están fabricados podemos suponer que vamos conformando una pequeña “reserva” de metales y otros recursos que son altamente valiosos.

Hace unos años se acuñó el término de minería urbana a la actividad de algunas organizaciones que decidieron ocuparse de recuperar y reciclar estos recursos valiosos. Se estima que al día de hoy con el nivel de consumo de tecnología que poseemos existe más mineral en una tonelada de celulares que en una tonelada de tierra. Ese es el concepto de minería inversa o urbana que busca revalorizar los RAEE ya que si se gestionan de manera correcta puede reciclarse hasta un 90% de materiales, y pueden evitarse practicas extractivas dañinas fomentando la economía circular.

¿Qué podemos hacer desde casa?

Muchas veces el problema parece superarnos y no sabemos qué hacer para aportar, aunque sea mínimo, a mejorar nuestro impacto al ambiente. Por eso te dejo algunas ideas:

  • Mucho se habla últimamente de la obsolescencia programada, esta práctica de las empresas para generar productos que tengan un tiempo de vida útil corto y que cuando cumpla su ciclo de vida tenga que ser descartado y reemplazado por uno nuevo. Para esto es importante que cuando vayas a adquirir un nuevo producto evalúes los criterios de la marca, si es fácil conseguir repuestos para su arreglo y mantenimiento, si tienen políticas serias sobre el impacto que generan sus productos en el ambiente, si poseen una política de devolución del equipo una vez que se quiera cambiar por uno nuevo, etc.
  • Tener prioridad siempre en el uso hasta el final de su vida útil, como así también en su reparación antes que en el reemplazo de un artefacto nuevo.
  • Comprar e invertir en artefactos de calidad que tienen un ciclo de vida útil mucho más largo.
  • Si sos de los que guarda estos residuos porque no sabe dónde tirarlos ya sos parte del club, sino, hay que tener en cuenta que estos residuos no pueden ser tirados con los restos de residuos domiciliarios, en su lugar se aconseja guardarlos y consultar en tu municipio como es la mejor forma de desechar estos residuos.

Antes que nada, lo principal es informarnos y tomar consciencia del desafío que es y será la gestión de los RAEE y que es urgente generar políticas, leyes, y acciones orientadas a optimizar estos recursos. Todos debemos sumar nuestra parte.