Si eres una persona con conciencia ambiental seguramente te preocupa la cantidad de plástico que se desperdicia a diario. Y está bien que lo hagas: se estima que si se mantienen las previsiones actuales de producción de plástico nos encontraremos en 2050 con nada más y nada menos que.. ¡12.000 millones de toneladas de residuos de plástico!
Es mucho, ¿No lo crees?
Pero lo peor del caso es que plástico no sólo es nocivo cuando se desecha. Ya en su producción emana grandes niveles de gases que empeoran el efecto invernadero y aumentan el calentamiento global.
Por eso, la producción es el primer eslabón de la cadena y el que puede hacer el cambio real. Cada vez son más las empresas que se comprometen a buscar soluciones para que la producción de materiales sea más sostenible. Apoyarlas es una manera de contribuir a que la tendencia se multiplique.
De estos estudios empresariales surgió un material nuevo que promete grandes avances en materia ambiental: el bioplástico.
El bioplástico
El bioplástico es un invento reciente y novedoso, que cada vez gana más terreno y podría ser una verdadera solución para el medioambiente. Pues se trata de un plástico de origen vegetal, que se realiza con restos de caña de azúcar.
Usar caña de azúcar como materia prima permite sustituir al petróleo en la producción. Eso reduce notablemente los niveles de CO2 que se liberan en el ambiente a la hora de producir envases plásticos.
Eso, sumado a que un envase realizado con bioplástico es 100% reciclable, el resultado es un producto verdaderamente sustentable.
Caso de éxito: Super Acondicionador Dove
Para entender verdaderamente el impacto que este material puede tener en la producción de productos que consumimos en forma cotidiana, cabe señalar el caso de Dove. En línea con el objetivo del Plan de Vida Sustentable de Unilever, la marca desarrolló el primer envase producido a partir de fuentes renovables.
Se trata del Super Acondicionador Dove, cuyo pack está realizado con plástico vegetal que es obtenido de la caña de azúcar. Además, el 80% de la energía consumida en el proceso de producción del plástico verde proviene de fuentes renovables.
Todo esto implica que la sustitución del plástico de origen petroquímico por plástico de origen vegetal de los tubos de Dove Super Acondicionadores permite reducir 52,32 toneladas al año de CO2 en la atmósfera. Esto representa el equivalente de CO2 que necesita un auto para dar..¡6 vueltas y media a la tierra!
De esta forma, Dove impulsa un proceso de producción sustentable que genera impactos positivos en el planeta:
♦ Más del 90% del tubo de Dove está hecho con plástico de origen vegetal, proveniente de la caña de azúcar.
♦ El 80% de la energía consumida en el proceso de producción del plástico verde proviene de fuentes renovables.
♦ Colabora en la reducción de los gases de efecto invernadero.
♦ Lleva la certificación I'm Green, que distingue al polietileno verde y ayuda al consumidor a identificarlo como un Bioplástico.
♦ Es 100% reciclable.
Y además, manteniendo siempre la calidad del producto final, con tres fórmulas diseñadas para responder a distintos niveles de daño. Dove es un ejemplo de que cuando las empresas toman como propia la lucha por el cuidado del medioambiente, los cambios sí son posibles.
La verdad es que todavía son pocas las empresas que toman el compromiso de empezar a rever sus procesos productivos. Pero sin dudas, cada vez son más quienes piensan distinto y ponen foco en la sustentabilidad. ¡Y eso es esperanzador! ¿No lo crees?
Fuentes: