Actualmente, en nuestro planeta viven más de 7.700 millones de personas, de las cuales alrededor de 2.100 millones -o tres de cada 10- carecen de acceso a abastecimiento de agua. De estos, 844 millones no tienen acceso a agua potable y unos 4.000 millones -casi dos tercios de la población mundial- padecen escasez grave durante al menos un mes al año.
En este contexto, la organización Give Power -que se dedica a desarrollar soluciones de energía limpia y sustentable para proveer de agua, comida y comunicación a las personas más vulnerables alrededor del mundo- lanzó un proyecto a través del que, con una planta potabilizadora, transforman el agua salada de los océanos en agua potable.
Hasta 2018, los habitantes de Kiunga, en Kenya, se veían obligados a tomar, comer y bañarse con agua completamente contaminada.
Pero ese mismo año, Give Power comenzó con este proyecto de desalinización del agua que ahora provee agua limpia y potable a 35.000 personas por día. Además, gracias a que el sistema funciona con energía solar, el proceso de desalinización consume mucha menos electricidad y es muy económico. Y también, aseguran que esta planta no tiene un impacto ambiental negativo ya que no produce sustancias contaminantes perjudiciales para la vida silvestre.
Al igual que los habitantes de Kiunga, millones de personas en el mundo tienen que recorrer grandes distancias para obtener agua de la única fuente disponible.
Otros proyectos
Pero, además de proveerle de agua potable a Kiunga, Give Power ha brindado de energía solar a más de 2.500 escuelas, negocios y servicios de emergencia, cambiando la vida de más de 300.000 personas alrededor del mundo, en países como Colombia, Nepal y Puerto Rico.
En Bagara, Nepal, por ejemplo, instalaron un sistema que proveerá a 300 personas energía limpia, además de la construcción de una escuela y un hospital local.
Agua y cambio climático, el gran desafío
Este año, el tema del Día Mundial del Agua que se celebra el 22 de marzo, versará sobre el binomio agua y el cambio climático. La campaña de las Naciones Unidas mostrará cómo nuestro uso consciente del agua puede contribuir a reducir las inundaciones, las sequías, la escasez y la contaminación, y a combatir el cambio climático.
No podemos darnos el lujo de esperar: los responsables de la política climática deben poner el agua en el centro de los planes de acción. Sin embargo, todos tienen un papel que desempeñar. En nuestra vida diaria, hay pasos sorprendentemente fáciles que todos podemos tomar para abordar el cambio climático.