La leche materna de cada animal, humanos incluidos, contiene todo lo que el organismo de su bebé necesita: anticuerpos, minerales, proteínas, carbohidratos, grasas… La leche es relajante, cicatrizante, previene enfermedades.

Además, el periodo de lactancia ayuda a la madre a recuperarse de las descompensaciones que su cuerpo experimentó durante el embarazo y el parto, bajando de peso y retrasando la menstruación.

La lactancia crea un sano vínculo entre madre e hijo, el cual repercute positivamente en la vida y en las relaciones del bebé.

leche almendras

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A pesar de esto, el ser humano es el único que sigue tomando leche de otros mamíferos después de dejar de tomar la de su madre, y entre sus componentes, la leche contiene una sustancia similar a la morfina que genera adicción. De ahí que el destete sea un proceso complicado. Y de ahí que de adultos nos cueste dejar de tomar lácteos, sobre todo los quesos, que tienen mayor concentración de casomorfina, por ejemplo.

Con esta reflexión no quiero decir que no se deba comer queso o leches animales. Evidentemente cada cual puede hacer lo que quiera. Pero teniendo en cuenta esto, y el maltrato que además supone el extraer leche a otros animales para comercializarla, llega un momento en el que queremos alternativas saludables.

Y además de saludables, ¡ricas!

Es por eso que hoy quiero contarte cómo hacer tus propios quesos vegetales a base de frutos secos o semillas. Te comparto una receta fácil que puedes hacer: queso de anacardos con rejuvelac, fermento que te he compartí en mi último artículo.

kefir


QUESO CON REJUVELAC

Lo necesario:

  • Batidora

  • Bolsa de tela
  • Colador
  • Bol
  • Espátula de goma

CANTIDAD: 500g.
TIEMPO: 15 minutos, más tiempo de remojo y fermentación

INGREDIENTES:

  1. 300 g de anacardos (previamente remojados en agua de 4 a 8 horas)
  2. 400 ml de rejuvelac*
  3. 1 cucharadita de orégano
  4. 2 cucharadas de aceite de oliva 1 cucharadita de sal
queso vegano

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Procedimiento:

  1. Cuela y lava los anacardos.
  2. Tritúralos junto con el rejuvelac hasta conseguir una textura homogénea cremosa.
  3. Coloca una bolsa de filtrar, una tela de algodón fino o nylon sobre un colador y vierte la mezcla.
  4. Deja fermentar de cinco horas a dos días a temperatura ambiente dentro de la bolsa o envuelto en la tela. Lo ideal es colgar la bolsa.
  5. Pasado ese tiempo, mezcla con el resto de los ingredientes y ya tienes tu queso listo para comer.

¡Listo! Ya tienes tu queso vegetal, rico y saludable.

Puedes untarlo en crackers, ponerlo en tus ensaladas, acompañando otros platos… Cada vez que lo hagas te saldrá mejor, y pronto sabrás darle tu toque especial para que quede totalmente a tu gusto.

Si te interesa el mundo de los quesos vegetales y quieres profundizar no solo en la técnica y las recetas, sino en cómo añadir más vida a tu cuerpo a través de tu alimentación, te animo a conocer mi curso Lácteos, o mi pack completo de cursos de cocina viva. Yo estaré al otro lado para acompañarte.