Cómo evitar que la comida se pudra en tu estómago

Nadie podría negar que la comida es uno de los grandes placeres que existen en la vida. Sin embargo, las costumbres a la hora de comer son bien particulares. Las combinaciones, las maneras de condimentar y los alimentos exóticos crean platillos de sabores diferentes por explorar en todo el mundo. 

La comida es, en este sentido, fundamentalmente cultural. Los alimentos que más se consumen en ciertos países, o sus combinaciones, son en su mayoría parte de la tradición de las comunidades y los pueblos que fueron recreádose a lo largo de la historia. Pero, aunque nuestros cuerpos se hayan acostumbrado a una manera de comer, puede que esas combinaciones no sean las más saludables. 

¿Qué quiere decir esto? Pensemos en nuestro cuerpo como lo que es: un conjunto de sistemas. Así como al motor de un automóvil no se lo puede "alimentar" de cualquier sustancia; nuestro sistema digestivo, encargado de transformar lo que comemos en nutrientes para que las células de nuestro cuerpo puedan mantenerse saludables, necesita que reparemos en qué escogemos combinar al comer. 

Porque, al igual que puede suceder con cualquier otro sistema, el digestivo puede colapsar o mostrar irregularidades en su funcionamiento. Gases, hinchazón abdominal, acidez, estreñimiento, colitis, o falta de nutrientes pueden deberse a una causa que la que muy pocas veces reparamos: una mala combinación de los alimentos. Ésta, además, puede ser la causa de subir de peso aun escogiendo alimentos considerados saludables. 

Si tenemos en cuenta, entonces, el tiempo de digestión de cada alimento, y somos generosos con nosotros mismos, reparando en qué elegimos consumir al mismo momento, podemos ayudar a mantener nuestro sistema en equilibrio y así prevenir enfermedades.

La trofología es precisamente es la ciencia que estudia la perfecta selección, preparación y combinación de los nutrientes, para conservar una buena digestión, manteniendo un pH balanceado y un organismo desintoxicado. En esta nota conocerás cuáles son las reglas principales para tenerlo en cuenta en tu próxima comida.

Combinar bien los alimentos es fundamental para una buena digestión, que es la calve para que el cuerpo pueda asimilar bien los nutrientes. Una digestión incompleta y una metabolización insuficiente puede ser, además, una de las causas de la acumulación de grasas y colesterol en el cuerpo.

Por el contrario, si lo que comes está correctamente combinado, mantendrás la higiene de tu cuerpo interno y libre de toxinas.

Pirámide de la combinación correcta de los alimentos

Reglas básicas para combinar bien los alimentos

1. Proteínas y féculas

Carne con puré, huevos con pan, yogur con cereales; son algunos de las combinaciones que parecen muy "naturales" en las culturas occidentales y sin embargo son la peor combinación que puede hacerse. ¿Por qué? Cuando se come una fécula como el pan o la patata, las glándulas salivales producen ptialina, una enzima alcalina, y otros jugos alcalinos. Al tragarse, la fécula necesita encontrar en el estómago un medio alcalino para ser digerida. Pero esto, si al mismo tiempo se consumió una proteína, impide que ésta se digiera; ya que para esto es necesario que el estómago secrete pepsina, otra enzima que puede actuar solo en un medio ácido que incluso debe mantenerse por varias horas para completar la digestión.

Las bacterias del estómago, entonces, atacan la proteína, y ésta comienza a pudrirse, volviéndose desechos tóxicos y generando gases fétidos.

¿Qué hacer? Comer proteínas como queso o huevos separadas de las féculas como el pan, el arroz o las patatas.

2. Diferentes proteínas juntas

Todas las proteínas tienen diferentes tiempos digestivos, por eso lo que se recomienda hacer es comer solo una proteína por comida, para lograr asimilar todos los nutrientes que ésta pueda aportar al cuerpo.

3. Féculas y ácidos

Si comes un alimento ácido, como la naranja o el vinagre, junto con una fécula como el arroz, éste interrumpe la secreción de la enzima ptialina que es fundamental, desde la boca, para comenzar la digestión. Esto hace que la fécula ya llegue al estómago sin los jugos alcalinos que necesita para la digestión y fermenta.

Para evitar esto cómelos separados. No consumas, por ejemplo, tostadas con jugo de naranja en el desayuno, al mismo tiempo.

4. Proteínas y ácidos

Cuando un alimento ácido, como el tomate, llega al estómago, inhibe la secreción de la enzima que ayuda a digerir las proteínas. Por eso es mejor comerlos por separado.

5. Proteínas y grasas

Luego de comer grasas, como los aceites o las mantequillas, la concentración de la enzima que ayuda a digerir las proteínas en los alimentos se reduce, retrasando su digestión. Esto hace que ésta comience a pudrirse. Por eso, es mejor comerlas por separadas o, en todo caso, acompañarlas con vegetales crudos para hacer más fácil su digestión.

6. Proteínas y azúcares

Los azúcares no se digieren ni en la boca ni en el estómago, pasando al intestino para su digestión. Si se comen con una proteína inhiben la secreción de jugos gástricos y se quedan atrapados en el estómago. Las bacterias del estómago, entonces, fermentan el azúcar produciendo gases y dificultando la digestión. Por eso es mejor no comerlas juntas.

7. Féculas y azúcares

Al comerlas juntas, las glándulas de saliva no segregan la enzima que ayuda a digerir la fécula, y además el azúcar queda en el estómago hasta que la fécula termina su proceso digestivo, fermentando y dificultando aun más la digestión de la fécula. Por eso, es mejor comerlos por separado y tener precaución con los cereales de caja endulzados, tartas dulces y otros alimentos.

8. Melón

Por sus particularidades, el melón es mejor comerlo solo, ya que no requiere ningún proceso digestivo. Si se come con otros alimentos o luego de ellos, no puede pasar al intestino, quedando retenido y generando molestias.

9. Postres dulces

Aunque estemos muy acostumbrados a comer algo dulce luego de la comida, cualquier clase de estos alimentos (incluso las frutas) se acumulan en el estómago y fermentan, especialmente si has comido proteínas o hidratos de carbono.  Por eso es mejor evitarlos o comerlos separados de las comidas.