El naturalista inglés Charles Darwin fue el primero en atribuir los destellos de luz en el mar a los seres vivos, fenómeno del que sería testigo entre 1831 y 1836 en su viaje por el mundo a bordo del buque “Beagle”. Sin duda fue una persona tremendamente afortunada y adelantada a su época.
Actualmente podríamos definir la bioluminiscencia como aquel efecto producido en el interior de ciertos organismos que, a través de reacciones bioquímicas en las que participa la enzima luciferasa, encargada de oxidar una molécula, la luciferina, provoca la transformación de energía química en energía lumínica.
Se trata de un escena natural más común de lo que creemos, ya que se da en bacterias, hongos, gusanos, moluscos, crustáceos, peces, medusas y otros seres con el fin de confundir a depredadores, atraer presas, aparearse o comunicarse. Por ejemplo, en el ámbito terrestre, tanto luciérnagas como otros insectos causan fosforescencia, si bien la sensación mágica en su visualización en el medio acuoso es difícilmente comparable.
Tras esta breve introducción para tener un punto de referencia, vamos a volcarnos de lleno con algunos de los mejores lugares del globo donde podemos disfrutar de este fenómeno.
Lagos de Gippsland, Australia
Estos lagos, ubicados a unas 3 horas y media al este de Melbourne, se hicieron conocidos por unas fotografías de Phil Hart. Este entorno normalmente está iluminado gracias a las propiedades de los microorganismos, pero aquel día el mencionado fotógrafo tuvo la fortuna de presenciar una concentración poco habitual de dinoflagelados, lo que provocó un azul neón muy intenso.
Túnel de Newnes, Australia
Los espacios luminiscentes más notorios de la Tierra ocurren en el agua, por ello no queríamos pasar por alto uno que sucede en un medio distinto. Aquí el efecto se da en una antigua mina ferroviaria localizada en el Parque Nacional de Wollemi, aproximadamente a 2 horas y media de Sydney. Durante 400 metros de giros pronunciados que fueron excavados en el siglo XIX para llegar a una zona minera por donde ahora discurre un riachuelo, un elevadísimo número de mosquitos brillantes producen la sensación de tener la galaxia entera encima de nuestra cabeza.
Koh Rong, Camboya
Koh Rong, en la costa oeste, es la segunda isla más grande de Camboya. Hasta hace poco gozaba de mucha tranquilidad, pero la creciente popularidad debido a sus aguas eléctricas y a alguna edición del programa Supervivientes la han catapultado a la fama.
Laguna Encantada, Colombia
La Laguna Encantada se encuentra en las Islas de Rosario, cerca de la ciudad de Cartagena. Cumple con todas las condiciones necesarias para que el desfile de siluetas azuladas sea digno de admiración: manglares, tranquilidad y aguas poco profundas y cálidas. Cualquiera diría que es un lienzo pintado de azul.
Bahía de Toyama, Japón
Esta bahía ubicada a más de 5 horas al noroeste de Tokio goza de uno de los efectos luminiscentes más intensos de todo el continente asiático. El motivo es la gran cantidad de calamares luciérnagas que se congregan en la zona de marzo a junio, ya que es su época de reproducción. La luz azul cobalto inunda el mar creando un espectáculo prodigioso. Pero recuerda que son calamares, algunos del tamaño de una mano, así que bañarse aquí no es nada recomendable.
Luminous Lagoon, Jamaica
Aproximadamente a una hora al oeste de Ocho Ríos hallamos esta laguna. Los microorganismos que habitan en estas aguas poco profundas y calientes, ocasionan al moverse un resplandor azulado que parece sacado de otro planeta. Es un magnífico espectáculo natural que todos deberíamos experimentar alguna vez en la vida.
Isla Vaadhoo, Maldivas
Esta isla del Atolón Raa, es un paraíso remoto que se ha situado definitivamente en el mapa debido al efecto lumínico conocido como “mar de las estrellas”. El fitoplancton produce estos brillos añiles como mecanismo de defensa para evitar que los peces se lo coman. Cuando es ingerido por los peces, continuará brillando dentro de los mismos, lo que los convertirá en una presa fácil para ejemplares mayores.
Blue Grotto, Malta
Europa no escapa al fenómeno de la bioluminiscencia, pudiendo encontrarlo en lugares muy puntuales, como al sur de la isla de Malta en el municipio de Qrendi. La visita obligada a la Gruta Azul es una experiencia única, ya que es solo accesible en barco, está localizada en un entorno rodeado de acantilados y goza de aguas eléctricas azules.
Laguna de Manialtepec, México
El lugar de los Lagartos, como se traduce del náhuatl, está ubicado a 15 minutos de Puerto Escondido, en el estado de Oaxaca. En este emplazamiento, los microorganismos originan esta reacción química y brillan para defenderse de los depredadores. La sensación al mover los remos del bote o tocar el agua con tus propias manos es igual de increíble que de indescriptible.
Cuevas Waitomo, Nueva Zelanda
Se trata de unas cuevas localizadas a unas 2 horas y media al sur de Auckland. Aquí la fiesta de colores es promovida por un animal muy distinto, los gusanos de Arachnocampa, que emiten esta hermosa luz con el fin de atraer a sus presas. Una ventaja de visitar estas cavernas es que presentan bioluminiscencia de forma constante.
Bahía Mosquito, Puerto Rico
Esta bahía de ensueño se encuentra en la isla de Vieques. El entorno habla por sí mismo: la selva en sus alrededores, un clima tropical envidiable y un ambiente muy relajado y amigable. La combinación adecuada de la temperatura, los nutrientes, la especie de dinoflagelados autóctona y el intercambio de aguas conforman un contexto único para que este fenómeno suceda en todo su esplendor.
Islas Matsu, Taiwán
Las islas Matsu son un archipiélago de 36 islas e islotes al este del Mar de China. Son un terreno bastante remoto por lo que el acceso no es sencillo, pero si decides ir podrás disfrutar de un show increíble. Aquí el efecto en cuestión es originado por el alga “noctiluca scintillans”, la cual causa un color azulado al moverse. Entre abril y agosto las algas producen esta maravillosa exhibición natural conocida como lágrimas azules.
In the ocean, bioluminiscence is the rule rather than the exception, Edith Widder.
"En el océano, la bioluminiscencia es la regla más que la excepción", Edith Widder. Ahora ya conoces todos los destinos del mundo donde puedes apreciar este fenómeno tan mágico. Sólo te queda elegir a cuál de todos prefieres ir primero.