Las mujeres que viajan solas están comenzando a ser parte importante de la tribu de viajeros alrededor del mundo. A pesar de la violencia de género, de la que cada vez escuchamos más, porque hay muchas más denuncias, cada vez son más las mujeres que deciden viajar solas para descubrir el mundo que les pertenece y eso deberíamos celebrarlo. Los prejuicios que hacían que la mayor parte de los viajeros solitarios fueran hombres están quedando atrás.
A pesar de todo, no importa cuántas cosas planifiques y tengas en mente, viajar es más arte que ciencia, por lo que los errores son bastante comunes. Hay muchas formas de viajar, pero estos testimonios te demostrarán que aún teniendo el conocimiento, algo siempre puede salir mal.
Descuidar su pasaporte
Ahlam, de 26 años, viajó a las Filipinas desde Estados Unidos y tuvo la experiencia de su vida antes de regresar y comenzar un nuevo trabajo. El problema no llegó sino hasta el último día cuando, sin darse cuenta, alguien robó su pasaporte en el hotel en el que estaba. Eran las dos de la mañana y tuvo que pedir un pasaporte de emergencia en un sitio en el que nadie hablaba inglés. Milagrosamente lo consiguió, pero sin tanta suerte, la historia podría ser muy distinta.
Llegar sin estar preparada
Una mujer llamada Karolina viajó a Tailandia. Estando al otro lado del mundo, soportó 48 horas en distintos vuelos. Exhausta, se subió al primer taxi esperando encontrar aire acondicionado, pero éste no funcionaba. Después, el taxista la bajó porque no encontraba el hotel, que se supone que estaba cerca. Con una pesada mochila y mucho miedo comenzó a deambular hasta que un joven la ayudó a encontrar su hospedaje.
No tener un plan de datos
Selene se encontraba en Vietnam por primera vez, sabiendo que era su primer viaje quería la experiencia completa y no estar pendiente de sus notificaciones en Facebook o Instagram, por lo que decidió no comprar un plan de datos en el aeropuerto. Sin embargo, en un país donde mucha gente, incluso en lugares turísticos, no habla inglés y menos español, se perdió rápidamente y pronto entró en desesperación.
Fueron pocos minutos, que se sintieron como horas, antes de que un grupo de viajeros la ayudara a encontrar el lugar al que se dirigía. Pero el miedo de perderse y no darse a entender la hicieron comprar ese plan de datos y sentirse mucho más segura.
Vestirse inadecuadamente
Adriana, de 27 años, viajó por Europa y por casualidad logró extender su viaje hacia Turquía. Sin embargo, al viajar en verano, casi toda su ropa consistía de shorts y tops, además de la ropa formal para fiestas, por lo que en algunas zonas muy estrictas de Turquía, tenía prohibido el acceso por su ropa “inmoral”.
Tuvo que comprar nueva ropa adecuada a la zona, religión y cultura del lugar para continuar con su viaje.
Llevar joyería llamativa
Helen viajó a París y sabiendo que es uno de los sitios en los que la gente común parece modelo por su complexión y forma de vestir, quiso sentirse adecuada con el contexto, por lo que comenzó a viajar, cómoda pero muy elegante. Eso fue hasta que un día un hombre pasó corriendo y le arrancó un collar que le había costado bastante trabajo comprar. Después de eso decidió que el lujo no es algo que va con la comodidad de los viajeros mochileros y sólo usa algo así si sale a cenar o si no estará caminando por toda la ciudad ese día.
Las mujeres deben seguir viajando solas y demostrar que no hay nada que temer. Sin embargo siempre deben ser más precavidas, pues aunque las cosas estén cambiando, la sociedad aún no puede eliminar los malos hábitos que tiene.
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