A todos nos pasó alguna vez; o nos lo hicieron o lo hicimos. ¿De qué se trata? Del R-Bombing, un término nuevo que define la situación que se genera cuando envias un mensaje y no obtienes respuesta, o sí la consigues, pero mucho tiempo después. Esa espera produce enojo o angustia, entre otras reacciones.
Aunque pueda parecer algo muy banal, el R-Bombing puede tener consecuencias para la salud mental. En esto inciden algunos factores: la persona que no responde, el vínculo que se tiene con ella, y el tema sobre el que se ha llamado al silencio.
Pues no tiene el mismo peso que alguien que no conocemos tanto no nos responda, a que no lo haga nuestra pareja o nuestro mejor amigo. Lo mismo cuenta si ignoran temas que no nos importan tanto, o no responden ante un asunto que para nosotros es fundamental.
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Por eso, el R-Bombing podría generar comportamientos obsesivos derivados de tratar de entender por qué no hubo respuesta. También puede llevar a verificar constantemente si esa persona se ha conectado o ha publicado otra cosa. Esto también podría provocar ansiedad, angustia o enojo.
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Vivimos en una época en la que no solo nos importa que nos respondan, sino también que lo hagan ya, y que la respuesta que contenga el mensaje sea exactamente la que esperamos. Si no, incluso podemos llegar a borrar, bloquear o silenciar algún contacto.
En esa ansiedad perdemos de vista que el otro puede estar ocupado, con una urgencia, o simplemente no querer contestar a nuestro tiempo. Por eso, si alguien no responde el mensaje que esperas, respira y trata de gestionarlo lo mejor posible.
No tomes todo personal, menos aún un mensaje, porque sin saber lo que sucede del otro lado puedes inventarte ficciones dignas de un best seller.
Hay casos en los que el silencio también es una respuesta también. Por supuesto que duele, pero si tú necesitas hablar o sacarte las dudas, siempre puedes recurrir al intercambio más antiguo de todos: el encuentro cara a cara.
Fuentes: