Vamos a hablar de dos claves para que un niño sea feliz. ¡Sobre todo en nuestra época! Es necesario entrenar la fuerza voluntad y la perseverancia, ya nuestros tiempos están muy sesgados por la necesidad de lo inmediato y sin esfuerzo.

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La rapidez vs la perseverancia: el reto educativo del siglo XXI

Hay una secuela inesperada de las redes sociales, las veloces conexiones a Internet, de este mundo donde los mensajes son tan breves y contundentes. Parece que se esfuma la paciencia y la capacidad de mantener un esfuerzo prolongado.

Los niños y adolescentes, por ejemplo, ya no visitan bibliotecas ni leen libros para sus tareas. Es más rápido consultar en Google, copiar y pegar, o incluso aprenden a usar la IA y en vez de pensar por su cuenta delegan esa labor a la tecnología.

Bajo este escenario, los niños también tienen otro detalle: aprenden a obtener todo de inmediato, al primer inconveniente abandonan. Se tiene la creencia de que el camino correcto es el rápido, no el que implica constancia.

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Fuente: Smartme Family

¿Cómo inculcar en un niño la perseverancia y el esfuerzo?

La primera clave es entender que el niño aprenderá estos dos valores, no los tiene inculcados por su propia cuenta. También, que estamos en un contexto donde estas cuestiones no son muy tenidas en cuenta y es necesario un esfuerzo de los padres para enseñarlas.

Hay varias estrategias, todas con una meta: inculcar la perseverancia y el esfuerzo como un hábito. Criarlos bajo un ambiente donde desarrollen estas capacidades no es sencillo, pero damos algunas recomendaciones a continuación.

Tips para que los niños aprendan a perseverar y esforzarse

Es importante algo: dar el ejemplo. Un niño que mira que sus padres se esfuerzan, copiará ese modo de proceder. Así que el consejo inicial es ese: ¡dar el ejemplo de perseverancia y esfuerzo! Otras sugerencias son las siguientes.

1.- El niño debe plantearse pequeños retos: metas que no sean tan sencillas de cumplir. Es relevante que el niño aprenda a tener compromiso consigo mismo, a cumplir los cometidos que se han planteado.

2.- Enseñar a ser paciente: en medio de tanta rapidez, es necesario que el niño aprenda la paciencia. Que no pierda interés de inmediato, que sepa que la paciencia rinde frutos. Juegos más pausados, actividades con resultados más dilatados.

3.- Aceptar y valorar los errores: de ese modo, el niño no ve las equivocaciones como obstáculos o señales para abandonar algo. Al contrario, los errores son oportunidades para aprender.

4.- Premiar los esfuerzos a largo plazo: no solo aplaudir cuando el niño logra algo de inmediato, sino también cuando demora días o semanas en alcanzar una meta. En estos casos, hay que felicitar el tesón más que el resultado.

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¿Estás de acuerdo don estos consejos? ¿Consideras que los niños deben aprender la voluntad y la perseverancia? Son valores que les ayudarán a conseguir metas, a no rendirse ante el primero obstáculo que consigan.

Fuente: El País.