Hija de madre afrodescendiente y padre estadounidense, Jennifer Parker nació en San Luis, Argentina. “No fue fácil crecer como una niña y adolescente negra”, asegura la joven cantautora y activista afro de 23 años, que solía plancharse el pelo y evitar el sol.
El primer acto de racismo que vivió fue a los 11 años. “Era verano y estábamos en la pileta de un amigo. Cuando me estaba yendo, su hermano dijo que iba a tirar lavandina (lejía) al agua porque se había tirado un negro”, cuenta.
“Por mucho tiempo me sentí la única negra en Argentina, y creo que eso es parte de la invisibilización de los negros en la historia de nuestro país”, dice, y agrega que siempre le costó ver modelos o gente negra en los medios de comunicación, por ejemplo.
Hoy, a través de su música con @luandafro y sus redes sociales, Jennifer se propone denunciar el racismo invisibilizado hacia la comunidad afroargentina. Solía tener una cuenta con 20 mil seguidores, pero se la cerraron. Hoy, en Instagram es @jenniferpaarker_.
Entre las prácticas cotidianas o "microracismos" que tenemos naturalizados, Jennifer menciona el blackface (la personificación paródica de los negros por parte de los blancos) o la "apropiación cultural".
¿Qué es la apropiación cultural? “Es el uso de elementos importantes para una cultura, como las trenzas en la cultura afro, a modo de disfraz, de chiste o solo porque están de moda”, explica. Además, agrega que se considera apropiación cuando este uso es “por parte de una cultura hegemónica hacia una oprimida que ha sido vulnerada por usar esos mismos elementos”.
Según Jennifer, la pregunta más frecuente que recibe la gente afro es: “¿De dónde sos?”. “Nos hacen muchas preguntas sobre nuestro origen, de dónde venimos, hasta llegar a de dónde es tu familia”, cuenta.
Además, resalta que muchas veces reproducimos conductas racistas a través del lenguaje en el que lo negro siempre aparece como peyorativo: “quilombo”, “día negro”, “trabajo en negro”, “denigrar” y “mano negra”, son algunos de los términos que nombra la activista.
Desde manuales para las escuelas y las universidades, hasta leyes contra la discriminación por el color de piel. Estas son algunas de las prácticas que propone Jennifer para terminar con el racismo, aunque todavía queda un largo recorrido. “Lo importante es levantar la voz contra el racismo, decir ‘esto no está bien’”, concluye.