Crystal Gail Amerson, de 29 años, es una mujer de Pensacola, Florida, que junto a su prometido Brian Westerfield, se llevaron la sorpresa de su vida cuando acudieron al hospital para tratar lo que ellos creían era una intoxicación por comida china en mal estado.

Lo que descubrieron fue que Amerson estaba embarazada, y dio a luz a un hermoso bebé de 37 semanas que llamaron Oliver. ​

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Amerson y Westerfield ya tenían un hijo de 18 meses, y no planeaban tener otro por el momento. La noche anterior al incidente, alrededor de las 20:30, la pareja comió tranquilamente en un restaurante chino local.

Amerson se despertó aproximadamente a las 4 de la mañana, con fuertes dolores de estómago, que creyeron que habían sido causados por una indigestión. Cuando los dolores se volvieron insostenibles, Westerfield llamó a una ambulancia.

Una vez allí, uno de los paramédicos advirtió los síntomas de un parto y les indició que tendrían un hijo dentro de poco. La pareja quedó sin palabras. A las 6:59 de la mañana del 25 de marzo, Oliver James nació en la parte trasera de una ambulancia. Pesaba de 2,4 kilogramos y medía 48 centímetros.

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Westerfield cuenta que, en retrospectiva, sí hubo algunos signos de embarazo, pero estaban tan dispersos que nunca se dieron cuenta. De acuerdo con el padre, Amerson empezó a tener antojos poco comunes, como hielo triturado, el mismo que había presentado en su primer embarazo. sin embargo, como no había ganado casi nada de peso, no le prestaron demasiada atención.

La ausencia de su menstruación tampoco fue un indicador, porque Amerson había sufrido de períodos muy irregulares durante años, así que no sintió la diferencia.

Para hacerle frente a la a familia organizó una campaña GoFundMe con la intención de reunir algo de ayuda financiera. Tener un bebé no es nada barato y los padres necesitaban toda la ayuda que les pudieran ofrecer.

Historias como esta, de embarazos que pasan inadvertidos, se dan a conocer con frecuencia en Internet. Algunas mujeres apenas suben de peso durante la gestación y sus estómagos tampoco crecen mucho.

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Algunos de los síntomas más inesperados que pueden indicar que una mujer está embarazada incluso si no lo siente, son la elevación de la temperatura corporal, la pérdida de cabello, los cambios súbitos de humor, crecimiento del tejido mamario, urgencias frecuentes para orinar, calambres y la sensación de estar hinchada.

¿Qué te parece esta historia? ¿Qué harías en una situación similar? Cuéntanos en los comentarios y comparte con tus amigos.

Fuentes:

Heavy

Fabiosa

Our Bodies Ourselves