Cada año, se estima que un 85% de los textiles se desechan. Esto supone un nivel de contaminación alarmante, en el que la tendencia del fast fashion tiene mucho que ver. A la problemática del descarte, debemos sumarle el impacto que tienen en el mar los microplásticos que se desprenden de las telas como el poliéster.

La industria de la moda es una de las más contaminantes a nivel mundial, emitiendo más carbono que los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos. Es por eso que han surgido diferentes propuestas que buscan contrarrestarlo, ofreciendo soluciones que tienen que ver con el reciclaje y el slow fashion.

Aunque la moda de segunda mano ayuda a recircular la ropa en desuso, no toda es vendible y eso impulsa a pensar en otras soluciones ecológicas para evitar el desperdicio. Es así como surge la moda circular, también llamada upcycling.

¿qué es la moda circular?

ropa doblada

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La moda circular se basa en recuperar prendas cuya vida útil finalizó, pero que sin embargo aún pueden tener una nueva vida a partir de la fabricación de otra diferente. De esta manera, las telas manchadas, rotas o en mal estado pueden recuperarse y ser funcionales otra vez. Esta iniciativa tiene como premisa reducir los desperdicios textiles.

Uno de los grandes beneficios es que se aprovechan materiales que, de otra forma, terminarían en la basura. Son muchas las marcas que han incorporado estos recursos en su producción. Gracias a la moda circular, se aprovecha cada retazo y se crean nuevas piezas originales. Así, la producción masiva de temporadas va quedando atrás para transformarse en una moda más sostenible.

Lo cierto es que el reciclaje llegó para quedarse, y la industria de la moda no es la excepción. Sin embargo, según estadísticas informadas por Greenpeace, un 73% de la ropa reciclada y donada se desecha o se incinera cada año. Estas cifras indican que, en lo que respecta a conciencia ambiental y prácticas sostenibles, aún queda mucho camino por recorrer.

¿qué podemos hacer como consumidores?

mujer mirando ropa vintage

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Como consumidores, podemos informarnos sobre el origen de nuestra ropa. Para eso, podemos saber cómo se confeccionan las prendas que adquirimos y qué procesos utiliza la marca para garantizar un producto sostenible. Además, sacarle partido al guardarropas que ya tenemos es clave para evitar futuros desperdicios.

Es importante cuidar la ropa y darle un uso responsable, al igual que evitar telas que puedan desprender microplásticos al lavarla. Comprar en ferias de segunda mano para renovar tu guardarropas, además, es una forma de ayudar a reducir los desperdicios. La técnica del armario cápsula es ideal para extender la vida útil de cada prenda.

y tú, ¿qué opinas sobre esta iniciativa?

Fuente:

Business Insider