Recientemente se ha vuelto viral una fotografía capturada en una situación que probablemente ninguno de nosotros había visto nunca, y tal vez nunca veamos otra vez.
El fotógrafo naturalista y biólogo marino Chase Dekker fotografió a una ballena jorobada con un león marino en su boca. Esto sucedió el 22 de julio en la bahía de Moneterrey, California.
Por su rareza, la fotografía no tardo en darle la vuelta al mundo, y muchos dijeron que se trataba de una ballena devorando a un león marino. Pero, ¿qué fue lo que realmente sucedió?
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El especialista contó que había tres ballenas jorobadas y unos 200 leones marinos, cantidades bastante comunes para la época. Según explicó, es inusual ver a estos dos animales compartir espacio marino mientras se alimentan de bancos de anchoas sobre la superficie marina.
Dekker los observó alimentarse durante bastante tiempo, cuando de repente sucedió algo impensado: una ballena jorobada de unos 15 metros de longitud se llevó a la boca a uno de los leones marinos.
Si bien algunos medios de comunicación y publicaciones en redes sociales llegaron a afirmar que la ballena estaba “devorando” al león marino, esto es sencillamente imposible, y el propio Dekker comenta que una ballena jorobada no tiene forma de comerse a un animal del tamaño de un león marino.
Dekker afirma que está "100% seguro" de que el león marino se fue nadando tranquilo después de haber estado en la boca de la ballena. Lo sabe con certeza porque las ballenas jorobadas no tienen dientes, sino una serie de cerdas que filtran su comida, y no podrían ser capaces de procesar a un animal de 300 kilos.
"La ballena en realidad nunca cerró sus mandíbulas sobre el león marino, así que no debió sufrir ningún daño. Se debe haber asustado mucho, estoy seguro, pero resultó ileso", indicó Dekker.
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"En cuanto vi la fotografía, supe que sería una de las más raras que he sacado jamás", afirmó Dekker. "No la más hermosa, no la más artística, pero probablemente algo que no volvería a presenciar”, concluyó.
Las ballenas jorobadas se detienen cada verano en las cercanías de Monterrey para alimentarse de anchoas, pero nunca se las había visto engullir a un animal del tamaño de un león de mar.
A veces los leones marinos pueden estar lo suficientemente cerca de la ballena como para intercambiar algún empujón mientras se alimentan, pero incluso estas interacciones son poco comunes.
Dekker aún no cree lo que vio, y ha afirmado que está fue una oportunidad única en la vida que tenía que aprovechar.
Pero no creas que una ballena jorobada es capaz de comerse a un león. Eso es físicamente imposible y nunca sucederá.
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