Terminar una carrera universitaria, prosperar en el trabajo, llevar una vida más saludable, tener una casa propia… No importa qué objetivo tengas, seguro que, al igual que todo el mundo, hay algún aspecto de tu vida en el que deseas tener éxito.
Y la verdad es que para alcanzar cualquier meta, se necesita una sola cosa: autodisciplina. Sí, así de simple. Si tienes la capacidad de enfocar tu voluntad para tomar acciones en la dirección de tus deseos, sin dejar que la vida se interponga, podrás lograr cualquier cosa.
Pero claro, lograr ser autodisciplinado también lleva tiempo. En este artículo te contaremos las mejores estrategias para convertirte en alguien con mucha autodisciplina, que sea capaz de lograr sus metas.
¿Qué es la autodisciplina?
La autodisciplina es, por definición, la capacidad de seguir reglas impuestas personalmente, con orden y constancia, usando solo la fuerza de voluntad. Dicho de otro modo, es la capacidad de tomar acción enfocada en nuestros objetivos sin que nadie nos obligue a ello, sino por voluntad propia.
La cuestión es que la fuerza de voluntad no es algo que nos llueva del cielo. Piensa por ejemplo en lo difícil que puede ser levantarse temprano un domingo si no tienes que ir a trabajar. Sin una obligación externa, parece muy difícil tomar decisiones, incluso aunque nos arrepintamos después.
Pero con la autodisciplina sucede como con cualquier otra habilidad: hay que entrenarla. Nadie nace autodisciplinado. Aunque es cierto que hay personas que naturalmente son mejores que otras, no debes pensar que tú no tienes pasta para eso. Créeme, esa gente tan exitosa y con una voluntad de hierro que ves en Instagram no nació siendo así. En cambio, dedicó su tiempo y energía a ser más y más eficiente, y sobre todo, a orientar su voluntad hacia el éxito, y los resultados saltan a la vista.
Entonces, ¿yo también puedo desarrollar la autodisciplina?
Pues sí. No sólo puedes, sino que hacerlo es una idea fantástica. La autodisciplina es la mejor herramienta de todas las personas de éxito, de aquellas que montan sus propios emprendimientos y que logran llegar hasta donde quieren.
Pero no pienses que esto es sólo para emprendedores o empresarios. Desarrollar esta habilidad te permitirá conseguir cualquier objetivo, desde el más pequeño hasta el más ambicioso. Es la mejor manera de tener tus cuentas al día, la casa ordenada, el coche siempre limpio. Y también es la manera de hacer ese viaje que siempre soñaste, aprender un idioma nuevo o empezar a tocar un instrumento.
En resumen: la autodisciplina es la herramienta básica para tener la vida que deseas, sea cual sea.
Principios básicos para desarrollar la autodisciplina
Llegados a este punto, seguramente has comprendido que es importante ser una persona con autodisciplina para lograr lo que te propones. Muy lindo, pero, ¿cómo se hace?
Es más sencillo de lo que crees, si conoces algunos principios básicos:
- 1. Conoce tus objetivos
Primero lo primero. Las personas que no tienen autodisciplina, generalmente no saben lo que quieren. ¿Para qué vas a levantarte una hora antes del trabajo todos los días, si no tienes nada mejor que hacer que seguir durmiendo?
Sin objetivos, la autodisciplina no tiene sentido. Y un objetivo no es solo algo que quieres hacer, sino que debe responder a tres preguntas:
- ¿Qué quiero hacer exactamente?
- ¿Por qué lo deseo?
- ¿Para qué lo quiero hacer?
A veces el trabajo más difícil es responder esas preguntas. Tiene que ver con lo que realmente eres hoy y con lo que quieres ser en el futuro. Tómate el tiempo que necesites para mirar en tu interior y responder estas preguntas antes de intentar cambiar algo en tu vida. Verás que luego todo se hace mucho más sencillo.
- 2. Define correctamente tus objetivos
Ahora que sabes qué quieres y para qué lo quieres, es muy importante que definas cómo lo quieres, porque tener un plan de acción es fundamental para ser autodisciplinado.
Supongamos que quieres aprender un nuevo idioma, porque es una herramienta que te servirá para viajar por el mundo, que es tu mayor deseo. Bien, tienes el primer paso. Pero ahora necesitas transformar ese deseo en algo tangible, porque sino siempre parecerá demasiado alejado e irreal, y eso no ayudará a que tengas voluntad para ponerte a hacerlo.
Para definir correctamente un objetivo, este tiene que tener cinco características básicas:
Específico
Cambia “aprender tal idioma” por “tener un nivel B2 en tal idioma”.
Medible
Cambia “tener un buen nivel de tal idioma” por “aprobar el examen B2 de tal idioma”.
Alcanzable
Cambia “ser bilingüe” por “ser capaz de comunicarme con otros en forma fluida”.
Realista
No te propongas alcanzar en dos meses algo que normalmente llevaría un año.
Temporizable
Establece cuánto tiempo al día/semana dedicarás a tu objetivo.
- 3. Reconoce tus debilidades
La autodisciplina ayuda a mejorar en las áreas donde las cosas nos cuestan más, pero conocer tus debilidades es fundamental para no frustrarte en el camino. De hecho, el peor error que se comete a la hora de ser autodisciplinado es confundir eso con ser perfecto e invulnerable.
Si conoces tus debilidades, puedes ponerte objetivos inteligentes que logren reducirlas, en lugar de intentar a toda costa que desaparezcan. Después de todo la realidad es que nadie es perfecto, ni lo será nunca.
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- 4. Rodéate de las personas adecuadas
Si una persona te quiere, querrá lo mejor para ti. En general, aquellos que boicotean permanentemente nuestro camino a ser mejores son aquellos que no han podido hacer su propio desarrollo. Por ende, sienten la necesidad de que nadie lo consiga.
El camino de la autodisciplina no siempre es fácil, y por eso es fundamental que te rodees de personas que te apoyen y que te ayuden a a seguir avanzando cuando sientas que te faltan fuerzas.
- 5. Elige metas a la altura de tus posibilidades
Si eres una persona que tiene mucha facilidad para leer, ponerte como meta de autodisciplina leer dos páginas a diario es un poco fácil. En realidad, es casi un engaño a ti mismo. El objetivo que te pongas debe resultar desafiante y motivador para que lo mantengas.
Pero si nunca has leído un libro, proponerte leer dos a la semana tampoco es una meta realista. No es que no puedas llegar a hacerlo, pero tal vez no está a la altura de tus posibilidades hoy. Y si fallas, te sentirás frustrado y no seguirás adelante.
Piensa en la autodisciplina para cualquier cosa como un entrenamiento de pesas. Debes comenzar con aquella que puedas sostener y levantar, pero que te requiera un pequeño esfuerzo. Con el tiempo, podrás aumentar y aumentar el peso y seguirás pudiendo levantarlas. Si te quedas con las primeras por siempre, no crecerás. Si comienzas desde el principio con las más pesadas, tampoco.
- 6. Alinea tus esfuerzos con tu salud
No hay nada más importante que la salud, y muchas veces el camino al éxito parece olvidárselo. Si quieres ser autodisciplinado, necesitas comenzar por tener una vida saludable. Si estás cansado, mal alimentado, deshidratado y llevando una vida sedentaria será muy difícil que logres juntar la voluntad para trabajar por ese objetivo.
Y no es que tú estés mal, es que tu cuerpo no es una máquina, y necesita cuidados para poder funcionar.
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- 7. No olvides tus premios
El mayor premio es el deber cumplido, pero… ¿por qué no premiarte antes? La verdad es que aunque tengamos un objetivo clarísimo, a veces puede hacerse difícil adquirir la voluntad necesaria para hacer algo… A menos que tengas la certeza de que tendrás una recompensa.
Puedes jugar un poco con tu cerebro para que te sea más fácil tomar acción. Después de todo, te lo mereces.
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Fuentes: