No pensarías que algo que acabó con los dinosaurios sería capaz de salvarle la vida a un ser humano, ¿verdad? Pues te equivocas. Un grupo de científicos descubrió que un raro metal que se presume acabó con los gigantes que habitaban nuestro planeta hace millones de años puede ser de mucha ayuda en los tratamientos contra el cáncer.
Un nuevo compuesto basado en Iridio, un metal raro que aterrizó en el Golfo de México hace 66 millones de años combinado con la albúmina, una proteína en la sangre, puede atacar el núcleo de las células cancerosas cuando se enciende mediante la luz, según los investigadores de la Universidad de Warwick.
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La investigación fue publicada en el portal especializado Angewandte Chemie a finales de 2018.
¿En qué consiste?
El tratamiento del cáncer con luz, llamado terapia fotodinámica, se basa en compuestos químicos fotosensibilizadores, que la luz puede encender para producir especies oxidantes, capaces de matar las células cancerosas.
Los médicos pueden activar estos compuestos selectivamente donde está el tumor (usando fibras ópticas) para matar las células cancerosas y dejar las células sanas intactas.
Gracias al recubrimiento químico especial que utilizaron, el grupo investigador de la Universidad de Warwick pudo conectar el iridio a la proteína sanguínea Albúmina, que luego brillaba con mucha intensidad para que pudieran rastrear su paso a las células cancerosas, donde convirtió el oxígeno de las células en un masa letal que los eliminó.
Conclusión y expectativas
El iridio, un metal raro en la tierra del meteorito que eliminó a los dinosaurios, unido a la albúmina, una proteína en nuestra sangre, puede penetrar en el núcleo de las células cancerosas y destruirlas cuando son atacadas con luz.
Puede aplicarse localmente y en dosis más pequeñas, el siguiente paso son los ensayos preclínicos.
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