La vulvovaginitis, también llamada vaginitis, es una inflamación de la vulva y la vagina, que puede provocar flujo, picazón y dolor.

Esta afección puede afectar a mujeres adultas o a niñas indistintamente, y es muy común: tres de cada cuatro mujeres sufren algún tipo de vaginitis a lo largo de su vida.

La mayoría de los tipos de vaginitis no se consideran enfermedades de transmisión sexual (ETS), porque no se transmite únicamente a través del contacto íntimo, sino que tiene causas diversas. Sin embargo, algunos tipos raros de vulvovaginits sí se enmarcan dentro de las ETS.

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Síntomas de vulvovaginitis

Para reconocer si tienes vulvovaginitis, debes estar atenta a cualquiera de lo siguientes síntomas:

  • Cambios en el color, el olor o la cantidad de flujo vaginal
  • Picazón o irritación vaginal
  • Dolor durante las relaciones sexuales
  • Dolor al orinar
  • Sangrado leve o manchado vaginales

Estos son los síntomas generales de la vaginitis. Sin embargo, dependiendo del tipo de vulvovaginitis que tengas puedes tener síntomas específicos que te permitirán reconocerlo.

A continuación te explicamos cuáles son los tipos más comunes de esta enfermedad, y cuáles son los síntomas distintivos de cada uno.

Tipos de vulvovaginitis

CandiDIasis vaginal

Es el tipo más común de vaginitis, y se trata de una infección causada por un desequilibrio en la cantidad de los hongos Candida albicans en la vagina.

La cándida vive inofensivamente en la piel, en la boca, el intestino y la vagina y normalmente se mantiene bajo control por bacterias inofensivas. Pero a veces las condiciones cambian y la levadura aumenta rápidamente, causando síntomas de flujo excesivo e irritación.

Es más común en mujeres entre los treinta y los cuarenta, y en las que están embarazadas. No está claro por qué algunas mujeres son más propensas a la candidiasis que otras. La diabetes y las condiciones médicas que causan problemas con el sistema inmunológico del cuerpo aumentan la probabilidad de que ocurra.

Esta vaginitis se caracteriza por la picazón, siendo este el síntoma más distintivo.

Sin embargo, en algunos casos también se puede identificar a partir del flujo vaginal. Si se trata de candidiasis, este será de color blanco y espeso, parecido al requesón.

Si los síntomas son leves, por lo general se trata con un medicamento antimicótico, de uno a tres días. Si los síntomas son más graves, el tratamiento será más largo. En cualquier caso, el tratamiento para la candidiasis debería ser recetado por un médico.

Vaginosis bacteriana

De acuerdo a la Clínica Mayo, "la vaginosis bacteriana es un tipo de inflamación vaginal ocasionada por la proliferación de bacterias localizadas normalmente en la vagina, que altera el equilibrio natural".

Son más propensas a desarrollar este tipo de vaginosis las mujeres en edad fértil, aunque todas pueden ser afectadas por ella. Si bien la causa no se comprende completamente, ciertas actividades, como mantener relaciones sexuales sin protección o hacerse lavados vaginales con frecuencia, aumentan el riesgo de contraer la infección.

Si este es el tipo de vulvovaginitis que te está afectando, podrías tener un flujo de color blanco grisáceo y olor desagradable. El olor, comúnmente descrito como olor a pescado, podría ser más notorio después de tener relaciones sexuales.

Tricomoniasis

Este tipo de vulvovaginitis sí se enmarca dentro de las enfermedades de transmisión sexual, y es transmitida por un parásito. En las mujeres, la tricomoniasis puede provocar secreción vaginal con mal olor, picazón genital y dolor al orinar.

Además, en mujeres embarazadas puede ser una enfermedad muy riesgosa, pues podría ser causa de parto prematuro.

Si el tipo de vulvovaginitis que te está afectando es este, podrás reconocerlo por un flujo amarillo verdoso, a veces de aspecto espumoso.

Causas de la vaginitis

No todos los tipos de vulvovaginitis tienen las mismas causas, por eso son muchos los causales por los que puedes contraer esta enfermedad. Estos son algunos de los más comunes.

Relaciones sexuales

Mantener una vida sexual muy activa, sobre todo si tienes varias parejas sexuales, puede aumentar el riesgo de contraer vaginitis bacteriana. Sin embargo, no es un factor excluyente: mujeres que no son sexualmente activas también la pueden contraer.

Por otra parte, la tricomoniasis se transmite a través de las relaciones sexuales como única causa.

Utilización de productos químicos

Los aerosoles, desodorantes y lavados vaginales, jabones y detergentes perfumados, y los productos espermicidas pueden causar una reacción alérgica o irritar los tejidos vulvares o vaginales.

Los objetos extraños, como papel tisú o un tampón olvidado dentro de la vagina también pueden irritar los tejidos vaginales.

Uso de ropa

De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., otra causa de vaginitis puede ser usar ropa ajustada o no absorbente, además de utilizar demasiada ropa sintética y poco holgada que no permita que la zona transpire.

Problemas de higiene

Una mala higiene en la zona también puede ocasionar vulvovaginitis. Sin embargo, como hemos visto antes, usar demasiados productos de limpieza también puede provocarla.

Por eso, lo ideal es encontrar el equilibrio entre una buena higiene pero que no afecte la flora vaginal.

Medidas preventivas que puedes tomar

Mayo Clinic recomienda estas medidas preventivas, que pueden ayudar a que tu vagina se libre de la vaginitis.

  • Evita las bañeras, los jacuzzi y las piscinas de hidromasajes.
  • Evita los irritantes. Estos incluyen tampones, compresas, lavados vaginales y jabones perfumados.
  • Enjuaga el jabón para que no te quede en la zona genital externa después de la ducha y sécate bien la zona para evitar que se irrite.
  • No uses jabones potentes, como los que tienen acción desodorante o antibiótica, ni baños de burbujas.
  • Límpiate de adelante hacia atrás cuando vayas al baño. De esa manera, evitas transmitir bacterias de la materia fecal a la vagina.
  • No uses lavados vaginales. La vagina no necesita ninguna otra limpieza que no sea el baño normal. Los lavados vaginales repetidos perturban a los organismos que se encuentran normalmente en la vagina y, de hecho, pueden aumentar el riesgo de sufrir infecciones vaginales.
  • Usa preservativos de látex. Los preservativos de látex, tanto masculinos como femeninos, pueden ayudarte a prevenir las infecciones de transmisión sexual.
  • Usa ropa interior de algodón. Además, usa pantimedias que tengan entrepierna de algodón. Si no te incomoda, quítate la ropa interior para dormir.

Tratamientos

En general, se usan cremas o supositorios para tratar la vaginitis, sobre todo la candidiasis vaginal que es más común. La mayoría de ellos se venden sin receta, pero si nunca has tenido esta enfermedad antes, lo más recomendable es que visites a un médico para que te dé un tratamiento.

En el caso de tratarse de vaginitis bacteriana o tricomoniasis, los tratamientos pueden incluir pastillas o cremas antibióticas, crema de cortisona, o pastillas antihistamínicas para ayudar con la picazón.

En general, los medicamentos intravaginales no causan tantos efectos secundarios como los tratamientos con tabletas, pero pueden ser incómodos y de usar, causar irritación local y pueden dañar condones de látex y diafragmas.

Si estás embarazada, no uses el aplicador para insertar el medicamento porque existe el riesgo de causar lesión en el cuello uterino. En su lugar, inserta con la mano.

No utilices los productos sin receta durante mucho tiempo sin buscar consejo médico. Si los síntomas no mejoran en 14 días, consulta a tu médico.

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Fuentes:

Mayo Clinic

Mayo Clinic 2

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