En todo el mundo todavía no se tiene una vacuna probada en contra de la Covid-19, pero eso no ha detenido a China. Ya que en este país suministran vacunas no probadas, con riesgos aún desconocidos. De hecho, inocularon a decenas de miles de personas según sus reportes. Aunque se estima que ha sido a cientos de miles.
De esta manera, han evitado el proceso tradicional de ensayos clínicos. Ya se están administrando tres vacunas candidatas a los trabajadores que el gobierno considera de gran importancia. Entre ellos, a los empleados de las mismas farmacéuticas. Y con esto, los funcionarios están presentando planes para que todavía más personas sean vacunas.
Esperan que con el tiempo quede demostrado que estas dosis siempre fueron seguras y eficaces.
La premura de China ha desconcertado a los expertos del mundo
Lo cierto es que nadie se esperaba que este tipo de protocolo se realizara, y en realidad, ningún otro país le ha administrado a sus ciudadanos vacunas que no hayan sido probadas. Ya que el proceso usual de ensayo de fármacos conlleva una escala muy inmensa.
Las vacunas candidatas en el resto del mundo están en la fase 3 de los ensayos (la última etapa), los cuales se realizan en su mayor parte fuera de China. Quienes son inyectados con la dosis de esos ensayos son rastreados y monitoreados de cerca.
Pero respecto a China, aún se desconoce si está tomando esas medidas para todo aquel que se esté inyectando en el país. De acuerdo a distintas informaciones se cree que solo la primer segunda etapa fueron evaluadas cuidadosamente.
El mayor foco de alerta que tiene la comunidad de la salud global es que las vacunas sin probar podrían tener efectos secundarios perjudiciales. Al ser ineficaces podrían generar un falso sentido de seguridad, que luego fomentaría un comportamiento que podría producir incluso más infecciones.
Por otra parte, el uso generalizado de las vacunas también plantea problemas de consentimiento. Ya que los empleados de los fabricantes chinos de vacunas y las empresas que posee el Estado, podrían sentirse presionados a arremangarse. Por este motivo las empresas les han pedido a las personas que se han puesto las vacunas que firmen un acuerdo. El mismo dice; “Me preocupa que a los empleados de las empresas les pueda ser difícil rehusarse”.
La seguridad es una prioridad para otros países
Desde marzo de este año, China se encuentra compitiendo con Estados Unidos y otros países para desarrollar una vacuna. La diferencia es que sus rivales se están moviendo con mayor cautela.
Las empresas estadounidenses aseguran que primero realizarán todos los ensayos debidos antes de aprobar una vacuna y de darle un uso generalizado. En Rusia, las autoridades informan que todavía deben administrarla en una gran población, de acuerdo con funcionarios y expertos en salud, para luego darle el alta.
En julio, el gobierno chino ya había aprobado tres vacunas para usarlas de emergencia en otras personas a nivel nacional. Mencionó que iba a priorizar la administración de las vacunas a los profesionales de la salud, el personal de prevención epidémica, los funcionarios de inspecciones fronterizas y la gente que “protege las operaciones básicas en las ciudades”. Ahora, parece que esos grupos podrían expandirse hasta vacunar a toda la población.