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Existe un enorme prejuicio respecto del llanto. Es cierto que solemos lagrimear cuando estamos tristes, cuando nos sentimos cansados o cuando las cosas no van bien. Entonces, es normal que se lo asocie con sentimientos negativos.
Sin embargo, es igual de cierto que se lo considera un síntoma de debilidad. Todos hemos escuchado alguna vez eso de que “los hombres no lloran”, lo que quiere decir que no es para los tipos rudos. Incluso las mujeres, a las que generalmente se les permite más el llanto, más de una vez reprimen sus lágrimas para que no se las acuse de falta de carácter.
Si supieras que el llanto tiene beneficios enormes para tu salud física y mental, ¿lo dejarías fluir?Aquí te compartimos tres cosas maravillosas que suceden cuando lagrimeas, para que puedas desahogarte sin problemas cada vez que lo necesites.
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1. Alivia el dolor físico y emocional
Sin dudas, lloramos porque no nos sentimos bien. Y si la tristeza es grande, puede repercutir en el cuerpo. Pero nuestro organismo es tan sabio que cuenta con las lágrimas para liberar dos sustancias que mejoran el ánimo, que son la oxitocina y las endorfinas: las hormonas del placer.
Aunque no lo creas, cuando lloras tu cuerpo está de alguna manera contrarrestando químicamente el malestar que sientes. Por eso, después de sacar todas esas lágrimas, es probable que no solo sientas cierto desahogo, sino que también te sientas un poco más relajado, de mejor humor y hasta con menos dolor físico.
Claro que nada es mágico, y si tu pena es demasiado grande, no desaparecerá. Pero al menos, después de llorar, podrás tener un momento de alivio y cierto bienestar.
2. Reduce el estrés
Llorar también es una buena manera de aliviar el estrés, sobre todo en esos días en los que parece que no damos a basto con todo. La próxima vez que sientas que el mundo te ha pasado por encima y solo tengas ganas de llorar, ¡hazlo!
Es la respuesta natural de tu cuerpo, pues las hormonas que se liberan cuando lloras también provocan la disminución del cortisol, la sustancia responsable del estrés. Así, cuando tienes esos días en los que todo parece fuera de control, no debes sentirte mal por echar unas lágrimas. No lo consideres una debilidad, al contrario. Piénsalo como tu propio remedio natural para mantenerte en acción.
3. Las lágrimas mejoran el sueño
Cuando lloramos no solo sacamos lágrimas por los ojos. Nuestro cuerpo también comienza a realizar un intenso proceso químico que ayuda a compensar lo mal que nos sentimos.
Además del cortisol, cuando lloramos también disminuyen los niveles de adrenalina y noradrenalina, sustancias que implican síntomas físicos de excitación, generalmente presentes cuando sentimos un peligro cerca, pero que pueden liberarse también en situaciones de tensión o angustia emocional.
Por todo eso, luego de una larga sesión de llanto, no es raro que nos entre sueño. ¡Y que durmamos súper profundo! Dormir es esencial para la salud, y también lo es para mejorar nuestro estado de ánimo general y encarar un nuevo día.
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El llanto es muy importante para la salud y no deberías reprimirlo. ¡Al contrario! Más allá del sentimiento que lo genere, debes tomarlo como una señal de que eres mentalmente fuerte y de que tu cuerpo te está preparando para seguir adelante.
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