Seguramente estarás de acuerdo con esta afirmación: Ser puntual es una señal de respeto y cortesía. Demuestra que tienes sentido de la responsabilidad y que te tomas en serio tus obligaciones. Aunque quizás no habías pensado en este aspecto: La puntualidad también refleja lo organizado y motivado que estás. Por lo que habla a las claras de tu compromiso profesional, responsabilidad y empatía con las demás personas.

Al tener el hábito de la impuntualidad la gente te mirará como si fueras desconsiderado. Incluso pueden pensar que llegas tarde a todo. Si esto ocurre a menudo, puede dañar tu reputación y afectar tus relaciones con los demás.

Llegar tarde al trabajo, llegar tarde a las reuniones con los amigos, llegar tarde a las citas, todo lleva a lo mismo: ser visto como alguien poco fiable.

Un comportamiento muy frecuente

La impuntualidad es un comportamiento nocivo que tienen muchas personas y consiste en transgredir permanentemente sus compromisos de llegar a tiempo a lo pactado; incluso cuando no existen motivos valederos para no cumplir lo acordado.

Es también una manifestación de convivencia social muy dañina, que perjudica a todos: el que llega tarde recibe todo tipo de consecuencias y hasta castigos -como dejarlo fuera de un proyecto tentador-; y el puntual se siente estafado y abusado en su confianza, y que le faltan el respeto.

Si bien pueden existir situaciones extraordinarias en las que una persona no logra ser puntual, se considera un “comportamiento de impuntualidad” cuando es una constante, extendida en el tiempo, y que la persona inventa todo tipo de argucias y hasta mentiras inconsistentes, porque claramente sabe que está en falta.

Las excusas y los motivos

Por lo general, las personas caracterizadas como impuntuales:

  • Dejan todo para último momento;
  • No toman consciencia de lo perjudicial que es su conducta para el entorno;
  • Echan la culpa a sus ancestros -como si fuese un rasgo heredado-;
  • Se victimizan diciendo que tuvieron mucho que hacer;
  • O, peor aún, se excusan diciendo “no es tan grave llegar 10 minutos tarde”.

También te puede interesar: ¿Qué es la filosofía "slow life" y cómo puedes aplicarla?

Una mujer señala la hora en un reloj

¿Te reconoces en algo de esto?

En muchos casos, apurados por las circunstancias, empiezan a inventar todo tipo de excusas y mentiras, que el tiempo mismo se encargará de develar, empeorando aún más su reputación.

Algunos posibles motivos adicionales son:

  • Autoestima baja: la persona piensa que no se notará su ausencia; o que su aporte es de poco valor.
  • Puede haber sido una persona relegada o dejada de lado en la infancia y por esto considera que no vale el esfuerzo el cumplir sus acuerdos, ya que se siente que ha sido sometido por “el sistema social”.
  • No hace importante ni relevante los compromisos que asume.
  • Algo de egocentrismo: pensar que si llega tarde lo hará más importante ante los demás.
  • Rebeldía: se pelea con normas y quiere mostrar que no le importan las pautas y que vive de acuerdo a sus propias leyes.
  • Evita comunicarse claramente: por ejemplo, quien llega siempre tarde al trabajo puede estar ocultado algo mayor, como violencia familiar, o desgano laboral; aunque no se anima a expresarlo y lo traduce en impuntualidad.

¿Ellas o ellos?

Si hablamos de quiénes son más impuntuales entre hombres y mujeres, la estadística evidencia que se manifiesta en partes iguales. Sólo que en el caso de las mujeres, a veces a propósito se comportan impuntuales en citas amorosas, como para marcar terreno y “hacerse desear”, según un informe de la consultora británica GetMe There.

En otro estudio realizado por la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York (EE.UU.) se concluyó en general que las personas impuntuales llegan tarde, por más que sean conscientes de que esa conducta tendrá consecuencias.

📌 EL DATO: La razón principal es que, en promedio, las personas en general suelen subestimar en un 40% menos cuánto tardarán en completar una tarea, lo que ya presupone un desfasaje importante en el manejo del tiempo para cumplir un acuerdo.

En otro estudio de la Universidad Estatal de San Diego (también de EE.UU.) analizó el comportamiento de 181 operadores del metro de Nueva York, y evaluó que las personas con tendencia a ser multitarea eran más impuntuales.

Los neurocientíficos afirmaron que hacer múltiples tareas hace que sea más complejo que el cerebro procese los mecanismos de la llamada metacognición, el conocimiento propio de lo que estás haciendo; por lo que se pierde un punto de vista de ciertas cosas, por ejemplo, la noción del horario.

AdobeStock_607727434(1)

También te puede interesar: Cómo prevenir la adicción a la tecnología en los más chicos.

¿Y quiénes suelen ser los más puntuales?

En el mismo estudio se descubrió que las personas que se orientan a logros son más puntuales y precisos respecto a los resultados, mientras que los más relajados y tranquilos no tienen tanta consciencia de las ventajas de ser puntual. Es decir, para ellos es casi normal ser laxos en este aspecto.

Lo que también se sabe es que en la impuntualidad influyen distintos rasgos cognitivos (del conocimiento), experiencias, y, también, trastornos psicofísicos.

Esto se debe a que el tiempo, como es algo que subjetivo en cuanto a su apreciación, se procesa con variables internas y externas. Por eso la visión de gestión del tiempo cambia según la edad, la cultura, las experiencias de vida, la personalidad, el estado de ánimo del momento, fármacos que se puedan estar tomando, el clima externo y los entornos.

Incluso influye el tipo de educación recibida. Por ejemplo, en personas que han tenido una educación rígida se tiende a ser menos impuntual que aquellos que fueron educados sin considerar a la impuntualidad como un problema.

Lo cierto es que la impuntualidad afecta de múltiples formas, ya que socava dos componentes esenciales de las relaciones humanas: confianza y credibilidad.