Los amigos son personas sumamente importantes en nuestra vida. Hay quien dice que son “la familia que se elige”. Y es que nosotros decidimos a quién brindarle nuestra amistad.
El problema es que a veces, elegimos amigos que, con el tiempo, terminan haciéndonos daño. Como cualquier relación, la amistad lamentablemente puede volverse tóxica. Claro que, cuando es alguien que conocemos hace tiempo y a quien le tenemos cariño, nos cuesta darnos cuenta. Pero lo peor es que nos resulta muy difícil cortar ese vínculo.
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Si de pronto entiendes que una amistad tiene todas (o muchas) de estas características, pero sobre todo, si notas que te está haciendo verdaderamente mal, deberías pensar en terminar con ella lo antes posible.
1. Falta de reciprocidad
La amistad, como toda relación, se construye de a dos. Las dos partes dan y las dos partes reciben. Ese es, básicamente, el equilibrio indispensable dentro de cualquier vínculo humano.
Cuando una amistad es o se ha vuelto tóxica, ese equilibrio se rompe. Entonces, eres tú el que da siempre, y nunca recibe nada a cambio. Ni una palabra de aliento, ni un hombro donde llorar, ni una mano que te levante de una situación difícil.
Lo peor es que esta clase de “amigos” demandan mucho tu atención y tu tiempo, aunque luego nunca están disponibles para ti. Suelen ser típicos vampiros emocionales, de los que deberías librarte en cuanto los descubras.
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2. Criticarte
Las bromas entre amigos son comunes y están bien. Además, ¿Quién sino un verdadero amigo te dirá las cosas tal y como son? Muchas veces, la crítica de un amigo es la única opinión verdadera que vamos a tener sobre un tema.
Pero es diferente cuando la crítica, permanentemente, va dirigida a hacerte sentir mal. A menoscabar tu autoestima, a recordarte siempre tus errores y nunca tus aciertos. El tipo de amigo tóxico muchas veces usa la crítica para sentirse superior a ti.
Antes que nada, hablarlo es lo importante. Explícale que esperas ser tratado con respeto y buenas intenciones, y que su forma de criticarte te duele. Si tu amigo no cambia, entonces quizá sea verdaderamente tóxico y debes sacarlo de tu vida.
3. No puedes confiar en él
Si una persona que consideras verdaderamente tu amiga menoscaba tu confianza una y otra vez, puede tratarse de una relación tóxica.
Todos podemos equivocarnos alguna vez: que a alguien en quien confiaste se le escape un secreto no es señal inequívoca de que sea mal amigo.
El problema aparece cuando esa actitud se vuelve reiterada. Cuando una y otra vez utilizan información que sólo le das a alguien de confianza para cosas que te dañan. Puede ser no guardar secretos, ridiculizarte por algo íntimo, o utilizar información que le diste en contra de otra persona.
4. Sacan la peor versión de ti
Esos amigos que nunca te acompañan en aquellas cosas que tienen que ver con tu desarrollo personal, pero sí en las cosas que atentan contra él.
Un padre lo llamaría “mala influencia”, pero ciertamente se trata de una relación tóxica. Es la de aquella persona que siempre te recomienda ir por el camino de la autodestrucción.
Algún amigo lo puede hacer porque siente honestamente que es la manera, aunque ambos se hagan daño. Otro, aún peor, puede hacerlo para manipularte. En cualquiera de los casos, debes tener cuidado con este tipo de relaciones.
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5. Te decepciona permanentemente
Si esperas que un amigo asista contigo a un concierto y te cambia por cualquier otro plan insignificante, puede ser molesto. Si lo hace todo el tiempo, puede ser muy molesto. Si, encima, te deja plantado con la entrada que tú le compraste y nunca te da el dinero de la misma, bueno, es preocupante.
Un amigo que nunca piensa en ti, en tus sentimientos, en cómo su actitud te perjudica, es un amigo tóxico. Porque en realidad, igual que en el punto 1, rompe el equilibrio: nunca responde a tus necesidades, aunque espera que tú sí lo hagas.
6. No tolera a tu familia o tu pareja
Así como puede ser espantoso que tu familia o pareja no acepte a tus amigos, puede darse el caso contrario: que tus amigos no acepten a tu pareja o a tu familia.
No tienen que llevarse de lujo, claro. Los amigos son los que estarán allí si un día terminas una relación, si te enojas con tu madre, o tienes problemas con tu hijo adolescente. Para escucharte y darte consejos.
Pero si un amigo permanentemente se encarga de criticar o hablar mal de personas a las que quieres, esa no es una buena actitud. Especialmente si lo hace sin que le hayas dado pie a ello o sin motivo aparente.
Debes aprender a poner los límites, y no permitirle a tus amigos que hablen mal de tu familia o de tu pareja, puesto que es algo que no es cómodo para ti.
7. El amigo que “quiere algo más”
Muchas veces, personas que quieren una relación con nosotros se nos acercan en calidad de “amigos”. Eso nunca está bien, puesto que sus verdaderas intenciones no tienen nada que ver con tener una amistad.
Si notas que uno de tus amigos sólo quiere irse a la cama contigo, pues deberías elegir: o lo haces, o intentas poner un límite a esa relación. Pues esa relación no está cimentada en una verdadera amistad.